miércoles, 16 de abril de 2014

Siglo XX - Madeleine Delbrêl


Breve Biografía de Madeleine Delbrêl             

Madeleine Delbrêl  nació en 1904 en Mussidan, cerca de Perigueux, Francia. Mística, misionera social y poetisa francesa.      

Hija única de una familia de la pequeña burguesía de provincia, heredó de su padre ferroviario el dinamismo y la organización y de su madre, la sensibilidad y la firmeza. Madeleine se educó con profesores  particulares, ya que, debido a la profesión de su padre, debían trasladarse de un lugar a otro.  Siendo adolescente, estudió Historia y Filosofía en la Sorbona, donde se destacó como una brillante estudiante, con una gran capacidad de análisis; frecuentó los ámbitos literarios y  artísticos de los  barrios Latino y Montparnasse de Paris. 

En 1924, a los veinte años, con la lectura de la vida y obra de Teresa de Jesús, la Santa de Ávila (siglo XVI), fue “deslumbrada por Dios”, y con el Evangelio como única guía, se transformó en una misionera en su propia ciudad, como laica consagrada, libre de rígidos dogmas. Inició cursos de Asistente social, trabajando más tarde en los servicios sociales del ayuntamiento.

En el año 1933 Madeleine se trasladó al barrio Ivry sur  Seine, de la periferia sur de París, una zona de obreros militantes comunistas, donde ondeaba la bandera francesa junto a la roja con la hoz y el martillo. Se instaló en un local de la parroquia, con dos compañeras que se habían formado en el escultismo. El escultismo es un movimiento educativo para jóvenes, conocido como los Boys Scout, que nació en Inglaterra a principios de 1900 para combatir la delincuencia, poniendo énfasis en la educación, servicio comunitario y la enseñanza de forma práctica de los valores humanos.    

Asistente social muy activa, Madeleine se entregó  a lo largo de treinta años, con pasión y espiritualidad a toda  esta comunidad. Impactada por la miseria y la injusticia social de las clases sumergidas, las condiciones inhumanas de trabajo y la falta de previsión social, se obligó a orar partiendo de esa realidad. Se enfrentó a la hostilidad del ateísmo marxista con dulzura, diálogo y trabajo: quería dignificar la vida de todos los obreros que llegaban cada día agobiados por el trabajo monótono. Decía que Dios está en la calle, para la gente corriente; quería poner a Dios al alcance de los humildes. Llevaba las palabras del Evangelio en la acción: “con paciencia y amor hacia los otros, encontramos la voluntad de Dios”.  

Más adelante se mudó a una casa cerca del ayuntamiento, donde vivió hasta su muerte; allí formó una pequeña “Fundación” bajo la orientación del Padre Lorenzo, vicario de París. Madeleine colaboró con los marxistas en objetivos comunes a pesar de las diferencias ideológicas, apoyó a los curas obreros que trabajaban en las fábricas, respaldó a los exiliados antifranquistas españoles: cada persona tenía para ella un valor sagrado. Recibió críticas porque dialogaba con los comunistas, pero ella jamás los rechazó: “No somos responsables de la incredulidad de nuestro prójimo, pero sí de su ignorancia”

Con unos amigos españoles, puso en marcha una pequeña empresa de tipo cooperativista, fabricando el famoso “turrón español” con el que se podían mantener y sobrevivir. Mujer de gran cultura, Madeleine sabía de arte, música y poesía; escribía artículos en revistas cristianas, y en 1957 con la publicación de su libro “Nosotros gente de la calle” se dio a conocer en el ambiente de la Iglesia misionera; en esta obra relataba sus sufrimientos, su soledad, su experiencia mística, trabajando codo con codo con los marxistas ateos, pero sobre todo su amor por Dios. Redactaba meditaciones y reflexiones, daba charlas y cursos.

Fue autora de varios libros cuyo tema principal siempre fue la espiritualidad laica: “La alegría de creer”, “Comunidades según el Evangelio” (1973). Madeleine enfrentó dificultades con la jerarquía de la Iglesia, decía que se levantaba un muro entre la Iglesia y el pueblo. En medio del materialismo e indiferencia de las comunidades parroquiales, ella proclamaba que había un mundo que necesitaba de la salvación de Dios. Ella se ofrecía, se entregaba con dedicación y amor. “Si vas al fin del mundo, encontrarás la huella de Dios; si vas al fondo de ti mismo, encontrarás a Dios”

Madeleine Delbrêl murió de repente, a los 60 años, en 1964 durante un Concilio, en su mesa de trabajo. Está considerada una de las místicas más grandes del siglo XX.

domingo, 13 de abril de 2014

Siglo XX - Sampat Pal

Breve Biografía de Sampat Pal                                                               


Sampat Pal nació en 1960 en el estado de Uttar Pradesh, al norte de la India. Activista por los derechos de las mujeres y líder de la banda Gulabi. 

Sampat es de casta baja, nació en una familia de pastores y agricultores analfabetas. A pesar de que en su pueblo de Kairi, una de las zonas más pobres, las niñas no concurrían a la escuela, Sampat decidió ir en contra de las reglas y tradiciones y en vez de cuidar rebaños de ovejas, aprendió a leer y escribir a escondidas. A los doce años fue entregada en matrimonio a un hombre diez años mayor con quien tuvo cinco hijos. Vivía oprimida y encerrada en su casa y su familia política la obligaba a llevar el velo cuando salía, siempre acompañada. “Hay algo peor que ser pobre en la India, es nacer mujer”, ha dicho Sampat. "Primero debe obedecer al padre, luego al marido y más tarde, al hijo”.

Aún en la actualidad, tener una hija es como una maldición, en todas las castas sociales, ya que es una boca más que alimentar hasta que abandone el hogar familiar para servir a la familia del marido, además de la dote que hay que entregar para que pueda casarse. Las consecuencias son injustas y dramáticas para las mujeres, la mayoría de más de 25 años son analfabetas y se han casado apenas entran en la adolescencia. Son discriminadas y consideradas seres inferiores: la violencia doméstica está instalada en los hogares, pueden ser expulsadas de sus casas sin motivo, violadas y hasta asesinadas si la dote no es suficiente. 

Sampat veía la injusticia y la explotación con la que eran tratados los pobres, tanto por las castas superiores, los brahmanes, como por las autoridades del Estado. En las zonas rurales, las costumbres son más ortodoxas, la cultura es patriarcal y el rígido y jerárquico sistema hindú de castas está muy enraizado. Un matrimonio entre personas de diferente casta, acarrea el repudio de los familiares, y la oposición suele llegar al extremo de "crímenes de honor" para limpiar la honra perdida. Con un afán indómito de libertad y justicia, se solidarizó con el dolor y sufrimientos de los otros, defendió a un vecino, luego a un amigo, pero al ser mujer no podía desautorizar el poder. 


A principios de 2006, Sampat Pal, junto al trabajador social Jay Prakash que la asesoró, cansada ya de los maltratos y la discriminación, formó el Gulabi Gang “el ejército de los saris rosas”.  Apenas un humilde grupo de 25 mujeres de diversas edades, muchas de ellas viudas obligadas a guardar luto de por vida, lideradas por Sampat dijeron “basta” y desafiaron el poder de los hombres. 

Vestidas con los saris rosas como un uniforme y el lâthi (=garrote o bastón tradicional de bambú) como autodefensa, van de pueblo en pueblo hablando a las mujeres pobres y analfabetas, y les informan de las humillaciones y agresiones que sufren. Audaz, luchadora infatigable e íntegra, Sampat Pal es muy controvertida: amada y admirada por las hindúes – campesinas y de pobreza extrema - y odiada por las castas superiores y los funcionarios del Estado. “La autoridad no me impresiona. El láthi lo llevamos para hacernos respetar, la verdadera arma es que estamos unidas”. “Una mujer sola no puede hacer nada, pero muchas mujeres unidas pueden revertir la situación”, ha declarado esta gran luchadora. 

Ella y el Gulabi Gang defienden a todas las víctimas de injusticia, en especial las mujeres, pues están desvalidas frente a la violencia que ejercen los hombres: acoso, tortura y violación. Fue amenazada de muerte y tuvo que abandonar su pueblo y su casa, con el consentimiento de su marido y sus cinco hijos, que han comprendido su lucha. Se trasladó a la ciudad de Atarra y continúa trabajando contra la corrupción, la redistribución de tierras, el cumplimiento del empleo rural, la cartilla de alimentos para los más pobres, entre otros logros. Ha promocionado talleres de costura, la fabricación de abonos naturales, la producción de algodón con ruecas, todo para que las mujeres puedan tener una vida digna y ser independientes.                                                          

En 2008 se publicó en Francia su biografía: “Sampat Pal y el ejército de los saris rosas”

El Gulabi Gang se ha extendido más allá de su pueblo, a grandes ciudades como Nueva Delhi, y en los ocho años transcurridos, este pequeño ejército ha ido agrupando a más de cien mil mujeres y varios hombres que luchan contra la pobreza, la discriminación y una mayor justicia social. Gracias a su lucha se han implementado leyes y programas sociales que benefician a las personas más pobres de la India.

miércoles, 2 de abril de 2014

Siglo XX - Selva Ruiz Liard

Breve Biografía de Selva Ruiz Liard                                         

Selva Ruiz Liard de Marella nació en 1920 en Montevideo. Primera traumatóloga uruguaya.                                                                                 
Desde niña se caracterizó por su amor a la lectura y la solidaridad con los compañeros. Ingresó a la Facultad de Medicina graduándose en 1948. Tras obtener su título de médica se casó con el Doctor Muzio Marella Martínez (¿- 2003), con quien tuvo tres hijos. Con los años el Dr. Muzio fue nombrado Profesor Emérito. 

Selva hizo su práctica en el Hospital Pereira Rossell en ginecología y cirugía infantil donde aprendió a hacer yesos; fue ayudante de clínica quirúrgica infantil, haciendo su primer trasplante de tibia anterior. Se especializó en Traumatología y Ortopedia. Era la única mujer en esa especialidad y aunque fue difícil para que la aceptaran los otros médicos, supo demostrar sus conocimientos y capacidad. Se graduó como Traumatóloga en 1952 con la tesis “La tuberculosis ósea y su localización en el cuerpo vertebral “.
Tipos de fractura 

Selva realizó durante 26 años, siempre con entusiasmo y firme decisión, guardia en Traumatología que alternaba con el cargo de jefa del Departamento de Traumatología del CASMU. Luego de su vasta y fecunda labor, se retiró por razones de edad, trabajó intensamente hasta los 68 años; integró muchas veces como presidente de los tribunales en los concursos que hacía la Institución. Es miembro de la Comisión de Asuntos Universitarios donde se ocupan del Hospital de Clínicas, de la Universidad, del Decanato.

--------
Selva Ruiz Liard de Marella  falleció en mayo de 2016.

Fuentes y Bibliografia

Siglo XX - Paula Victoria Knaibl

Breve Biografía de Paula Victoria Knaibl

Paula Victoria Knaibl era de origen checo, nació en 1916. Cirujana plástica uruguaya.

Inició sus estudios de medicina en Buenos Aires y luego en el Reino Unidos. Tras radicarse en Uruguay revalidó sus estudios graduándose en 1947. Fue la primera cirujana plástica que ejerció en nuestro país. Fue autora de numerosos trabajos sola o en colaboración con otros otorrinolaringólogos, entre los que se destacan: “El injerto de hueso esponjoso en las reconstrucciones del maxilar inferior”, “El colgajo interciliar en las reparaciones de brechas nasales” y “Plastia de Párpado superior”
                                            
La pérdida de dientes, ya sea por caries, traumatismos o enfermedad periodontal, es una de las principales causas de pérdida ósea de los maxilares; para corregirlo hay que restaurar no sólo los dientes, sino el volumen óseo perdido, realizando injertos óseos. 

Maxilar con injerto óseo
Paula Victoria fue la primera socia mujer, en 1950, entre 173 miembros masculinos, en los treinta años que llevaba de fundada la Sociedad de Cirugía del Uruguay. Ejerció como cirujana en el Centro de Cirugía Plástica del Ministerio de Salud Pública, en el Banco de Seguros, en el Instituto de Radiología y en el Hospital Pereira Rossell. 

Paula Victoria Knaibl de Pascual falleció en el curso de una cirugía en el quirófano, en 1962.