jueves, 28 de octubre de 2021

Siglo IX al XII - Hafsa bint al-Hayy

                               Breve Biografía de Hafsa bint al-Hayy 

Hafsa bint al-Hayy nació en 1135 en Granada, bajo el dominio del Imperio Almorávide. Célebre poetisa de Al-Ándalus y educadora.

Nació en el seno de una opulenta familia de origen beréber, pasó su infancia y juventud en su ciudad natal,  en un período de gran agitación política.

El Imperio Almorávide  gobernó  los territorios del  Al-Ándalus entre 1090 y 1146. Ese año fue derrocado por los Almohades. El califato almohade y su dinastía bereber  dominaron  el norte de África y el sur de la Península Ibérica desde 1146 a 1212. Dotaron a la región de prosperidad económica y cultural, así como reunieron a los mejores literatos y científicos de la época. En la  tradición cultural de los bereberes, etnia norteafricana, las mujeres gozaban de una mayor autonomía y las jóvenes podían participar de tertulias poéticas de la tribu, lo que estaba vedado en otras tribus árabes. 

Imperio Almohade
Hafsa  recibió una esmerada educación; mujer de gran belleza y  elegancia,  era alabada por su talento y cultura lo que le permitió ocupar un lugar destacado en la Corte de Granada, donde desarrolló una intensa actividad literaria y gozó de gran libertad, algo insólito en los reinos cristianos, durante la Edad Media. En este ambiente se relacionó con los intelectuales más importantes de su tiempo y hacia 1154 inició  una  relación amorosa con el poeta granadino  Abu Yafar  Ibn Said  de  la ilustre familia Banu Saíd, con un intenso intercambio de poemas y encuentros en secreto. Los versos románticos de Hafsa están llenos de pasión y de belleza y expresan sus sentimientos con un lenguaje muy espontáneo.

Dos años más tarde llegó a Granada el príncipe y gobernador Abu Said Uthman que se enamoró de la poetisa, y así Hafsa  comenzó un triángulo amoroso  conflictivo.  En 1158 fue enviada a Rabat, en Marruecos,  con un grupo de poetas y nobles granadinos a la corte del califa Abd al- Mumin, quien le  concedió lo que se llama Rakuna, un salón literario, cerca de Granada, de ahí el nombre con el que se conocía a la poetisa Hafsa al-Rakuniyya o Perla de Granada.

Hafsa, con su actitud valiente y desafiante, despertó los celos y rivalidad entre sus amantes.  Abu Yafar que había sido amigo y secretario del príncipe, escribía  poemas y sátiras mordaces contra el gobernador, participando en una rebelión política. Fue encarcelado y finalmente crucificado  en 1163 en Málaga.

A pesar de la prohibición de  Abu Said, Hafsa lloró la muerte de su amante y  vistió ropas de viuda; le dedicó varios poemas a su memoria donde plasmó su dolor y ausencia. Sumida en su tristeza se retiró de la Corte, abandonó la actividad poética y se consagró exclusivamente a la enseñanza.

En 1184 viajó a Marrakesh, invitada por el califa Abu Yusuf  Yaqub al-Mansur, para dirigir la educación de los príncipes y princesas almohades, donde permaneció hasta su muerte, en 1191; tenía 56 años.

De esta poetisa  arábigo-andaluza, gracias al interés de la familia Banu Saíd por mantener su legado, han sobrevivido diecisiete composiciones de gran calidad literaria. Escritas en lengua árabe abarcan poesía amorosa, mordaz, desafiante, elegía, versos satíricos e incluso obscenos, algo inusual en otras culturas de la época.

De gran cultura e independiente, Hafsa bint al-Hayy al-Rakuniyya fue muy respetada y está considerada  la poetisa más famosa y célebre de Granada, en plena Edad Media.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Siglo XIX - Jane Dieulafoy

        Breve Biografía de Jeanne Dieulafoy 

Jeanne Henriette Magre nació en 1851 en Toulouse, Francia.  Arqueóloga, exploradora, feminista, aventurera, escritora y fotógrafa francesa.

Hija de unos ricos comerciantes, fue educada en el convento de la Asunción de Auteuil; sabía varios idiomas, estudió dibujo y escultura. En 1870, a los diecinueve años se casó con Marcel Dieulafoy  (1844-1920),  Ingeniero de Caminos y apasionado por la historia, el arte y la arqueología.   

Apenas  dos  meses después de la boda estalló la guerra Franco-Prusiana (1870-1871);  Marcel fue llamado al frente en el ejército del Loire y Jane, valiente y decidida, se cortó el pelo y se vistió con ropa de hombre, - algo prohibido pues desde 1800 las mujeres no podían usar pantalones - acompañó a su marido vestida de soldado y ganó respeto como francotirador.

Luego de la guerra, Marcel fue miembro de la Comisión de Monumentos Históricos de Toulouse  mientras Jane aprendía fotografía y parsi, para viajar a Persia. 

Jane en Susa -1884
A principios de 1881 la pareja partió hacia Persia (hoy Irán) interesados por la arquitectura y la arqueología.  Tres años más tarde, volvieron  para una excavación arqueológica en Susa, antigua capital,  de 6.000 años de antigüedad.  Jane, vestida una vez más de hombre y con nombre falso, iba como colaborador de Marcel.  Luego de largas travesías  a caballo y a pesar de las dificultades del tiempo, - calor abrasador, tormentas e inundaciones - que obstaculizaron el trabajo, las excavaciones se llevaron a cabo hasta abril de 1886. Jane administraba el trabajo de los excavadores, catalogaba y almacenaba los numerosos artefactos y frisos que hallaron, muchos de los cuales fueron enviados a Francia.

Jane  registró de manera entusiasta en diarios, ricas y valiosas fotos e informaciones de lugares poco conocidos: desde la historia hasta las artes, arquitectura, geografía, etnología, economía y política. Escribió con gran sentido del humor, relatos de diversos grupos sociales, hizo retratos de hombres y mujeres, bazares,  mercados, etc. 

Tras su regreso a París, Jane publicó en la revista de viajes “Le Tour du Monde” los  diarios de la expedición y preparó la exposición de los monumentos en el Louvre, en particular el “Friso de los leones”  de ladrillo esmaltado que restauró por completo.  Con estos hallazgos descubiertos se inauguró en el Museo del Louvre de París el museo de antigüedades persas.  Por estas contribuciones, el gobierno la otorgó el título de Caballero de la Legión de Honor en 1886 y la autorización especial de vestirse como hombre. 

Friso de  los leones 

A partir 1890, Jane Dieulafoy desarrolló una literatura de viajes y una interesante carrera como escritora, periodista, fotógrafa y conferenciante.  Entre sus obras se destacan: “Persia, Caldea y Asiria 1881-1882” (1887), “En Susa 1884-1886  Diario de excavaciones” (1888). “Parysatis” (1890), su primera novela histórica sobre la antigua reina persa, fue premiada por la Academia Francesa. “Volantaire  1791-1793” inspirada en la Revolución Francesa. “Frère Pelaje” (1894) sobre las aventuras de Santa Margarita. “Déchéaance” (Pérdida-1897)  donde  expuso sus ideas en contra el divorcio.

Comerciante musulmán

Intrépida viajera recorrió Europa, Egipto y Marruecos y escribió sobre ellos con mucho interés,  abarcando temas tan variados como arte, arquitectura, historia, artesanía, geografía, etnología, así como también lo hacía su marido Marcel Diuelafoy, con quien compartió intereses culturales e investigaciones arqueológicas.  Jane escribió obras de teatro que se representaban con actores aficionados, en el salón literario de su casa parisina. También tradujo al francés  “La perfecta casada” (1907) de Fray Luis de León.

Jane Dieulafoy no recibió ningún premio literario de la Academia Francesa, pues no eran permitidos para mujeres, hasta que en 1904, más de veinte escritoras, incluida ella, fundaron el Prix Femina.

Gran luchadora, defendió la igualdad de hombres y mujeres  y lanzó un proyecto para el empleo de mujeres en roles administrativos, mientras los hombres podían ir al frente de guerra.

En 1914 Jane acompañó a su esposo Marcel a Rabat (Marruecos) donde fue enviado como director de construcciones militares. Allí excavaron  y restauraron  la Mezquita Hassan y ayudaron en el cuidado de soldados heridos.

Tras enfermar en Marruecos, Jane Dieulafoy  regresó a Francia y falleció en 1916 a los 65 años de edad.  Marcel Dieulafoy   murió cuatro años más tarde. En 1920 se publicó en forma póstuma el libro de Jane: “Isabelle la Grande. Reina de Castilla 1451-1504”

La pareja no tuvo hijos y donó su casa de París a la Cruz Roja.