Matilde Montoya nació en 1857 en la ciudad de México. Primera médica mexicana. Su madre le enseñó a leer y escribir y a los 13 años aprobó un examen para maestra de primaria. Siguió cursos de Obstetricia y Partera, logrando el título de Partera a los 16 años.
Matilde tuvo que dirigir una carta al Presidente de la República Gral. Porfilio Díaz para poder acceder a la Escuela Nacional de Medicina, por la oposición y el rechazo de los profesores y varios sectores de la sociedad, que la llamaban "impúdica y peligrosa mujer, que quiere ver cadáveres de hombres desnudos". En 1887, estando presente el Presidente, su esposa y periodistas invitados, Matilde se graduó de Médica bajo el aplauso de todos los presentes.
Luego de hacer su práctica en el Hospital San Andrés, un año más tarde Matilde recibió su título de Profesora de Medicina y Cirugía.
En sus consultorios atendía a todo tipo de pacientes, cobrándoles según sus posibilidades. Participó en asociaciones femeninas como el "Ateneo Mexicano de Mujeres" y "Las Hijas de Anáhuac", pero nunca fue invitada a ninguna asociación o academia médica, aún exclusivas para hombres.
Con firmeza y perseverancia, a pesar de las críticas y los obstáculos Matilde los superó y logró su mayor anhelo: ser médica. Ha trabajado hasta edad avanzada. En 1923 asistió a la controvertida 2da. Conferencia Panamericana de Mujeres que se realizó en Mexico y más tarde fundó la Asociación de Médicas Mexicanas.
Matilde Montoya murió en 1938 a los 79 años. En 1988 se instaló un busto en bronce que se encuentra en el jardín José Martí, frente al Centro Médico Siglo XXI.
Fuentes y Bibliografía
Matilde P. Montoya, un orgullo no solo para la mujer mexicana, si no para toda latinoamerica. Un ejemplo para las mujeres que practicamos la medicina.
ResponderEliminarcon todo orgullo... tenía que ser Montoya!!
ResponderEliminarEstamos orgullosas de ser doctoras y mas Montoya !b
que gran camino abrio para nosotras esta gran mujer soy orgullosa de ser doctora
ResponderEliminarSi duda un gran ejemplo de esfuerzo, disciplina y espíritu de servicio, no solo para las mujeres, sino también para los varones... FRC
ResponderEliminarque orgullo y satisfacción haber logrado su sueño y sobre todo en bien de la sociedad, bien bien por las exitosas mujeres doctoras que entregan todo
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