Ginko Ogino nació en 1851 en la provincia de Musashi, antigua provincia japonesa, actual Kumagaya, en la prefectura de Saitama. Primera mujer médica de la medicina occidental en Japón.
Perteneció a una poderosa familia campesina y desde niña fue una ávida lectora. Se casó a los dieciseis años, por un matrimonio concertado, con el primogénito de una de las familias más ricas del norte de Saitama. Pronto se divorció, después de contraer gonorrea de su marido.
En esa época la enfermedad era incurable y el nuevo gobierno Meiji que se había instalado en Japón (1868-1912), recurría a los conocimientos científicos del mundo occidental: en medicina, se abandonaban los remedios a base de hierbas, en favor de la medicina occidental. Ginko debió acudir a médicos varones, en un hospital de Tokio, y sufrió tal vergüenza y humillación, que decidió ser ella misma médica para ayudar a otras mujeres en similar situación.
Con perseverancia y determinación se matriculó en 1875 en la Escuela Normal Superior Femenina de Tokio (hoy Universidad Femenina de Ochanomizú), graduándose con honores en 1879. Ingresó en la Escuela de Medicina de Juntendo, una institución privada, con sólo estudiantes varones. A pesar de los prejuicios, insultos y discriminación que tuvo que soportar de parte de sus compañeros, se graduó de médica en 1882.
Pero su batalla continuaba: una nueva disposición del Estado decretaba que, quien quisiera ejercer la medicina debía presentarse al examen de licenciatura del gobierno y sólo quienes lo aprobaran podían practicar la medicina. Ginko fue la primera mujer en solicitar autorización. Mientras, se mantenía dando clases particulares. En 1885 a los 34 años, Ginko se convirtió en la primera mujer médica titulada por el gobierno japonés.
Abrió una clínica de Ginecología y Obstetricia en Yushima, siendo respetada y admirada por su coraje y determinación. Al poco tiempo se hizo cristiana y miembro de la Unión Cristiana Femenina de la Templanza; combinaba la ciencia médica con charlas sobre moral y buenos modales, luchaba por erradicar la prostitución, mal de muchas enfermedades. También fue docente en la Escuela Femenina de Meiji.
En 1890 y en contra de la oposición de la familia y conocidos, se casó con Yukiyoshi Shikata, un clérigo visionario que quería crear una comunidad cristiana utópica; se trasladaron a Hokkaido en 1894, llevando una vida de privaciones, más tarde a Setana donde Ginko abrió una clínica de ginecología y pediatría. Fundó la Sociedad de Virtudes Femeninas y daba charlas a las mujeres sobre higiene y curaciones de heridas.
Valiente, transgresora en una sociedad misógina y feudal, con una férrea voluntad, luchó por sus ideales y convicciones, y en 1906, un año después de morir su esposo, Ginko volvió a Tokio, ejerciendo la medicina hasta el día de su muerte, en 1913, a los 63 años de edad.
Fuentes y Bibliografía
Una luchadora en la igualdad de la mujer en todos los campos. Toda una pionera en su época. Digna de admirar.
ResponderEliminarSi alguien se interesa por esta mujer que hizo historia, recomiendo un libro en concreto.
Titulo: Ginko. La primera doctora.
Escritor: Watanabe Jun’ichi