Yosepha Alomang nació en 1950, en la aldea de Tsinga, en Papúa Occidental. Integrante de la tribu Amungme, defensora de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas en Indonesia.
Papúa Occidental forma parte de la mitad de la isla de Nueva Guinea o Papúa, está bajo el control de Indonesia. Es uno de los lugares biológicamente más diversos del planeta, con sus casi 300 tribus indígenas, que tienen culturas e idiomas diferentes. Sus ricas reservas naturales, sus selvas vírgenes se han visto amenazadas por las empresas multinacionales, que destruyen sus suelos en busca de minas de oro y cobre.
Yosepha tenía 17 años cuando Freeport McMoran, la empresa explotadora de la más grande mina de oro en Timika, expropió las tierras del pueblo amungme. Fue detenida por organizar a su tribu para protestar, junto a otros líderes tribales, contra la ocupación injusta de sus tierras. Muchos fueron detenidos y torturados por las fuerzas del ejército indonesio, otros expulsados a vivir en los bosques. Esas tierras eran consideradas sagradas por las tribus ancestrales.
Hace más de tres décadas que las prácticas mineras, de oro, plata y cobre, permitidas por el gobierno de Indonesia, han destruído las selvas tropicales, contaminado ríos y desplazado a comunidades enteras. Son años de dolor, sufrimiento y pobreza para los nativos: no sólo les arrebataron sus tierras, también su cultura y su salud.
En 1994 los soldados reprimieron violentamente las protestas pacíficas contra las minas; Yosepha, lider de los amungmes, fue otra vez detenida, durante seis semanas fue torturada e interrogada por ayudar a los combatientes pro-independentistas. A pesar de los maltratos a que fue sometida, valiente y decidida, siguió alzando su voz de protesta contra la empresa, por daños personales y al medio ambiente y logró que hubiera una investigación gubernamental.
Ha creado un grupo de mujeres Hamak, dedicado a los derechos humanos, el ecologismo y la cultura tradicionales. Mama Yosepha, como se la conoce, recibió el Premio Ambiental Goldman en 2001, por sus esfuerzos para organizar la resistencia contra la extracción de oro y cobre.
El pueblo de Papúa Occidental sigue sufriendo debido a la represión militar, el gobierno de Indonesia continúa sin respetar los derechos de los indígenas papúes, sobre los derechos económicos, sociales y culturales. La tala ilegal de los bosques, priva a los papúes de una gran fuente de ingresos y de recursos medioambientales. Las altas regiones alpinas, los montes Erstberg y Grastberg donde están ubicadas las minas, son consideradas áreas sagradas por los indígenas.
Los amungmes se están defendiendo, y Yosepha ayudó a establecer Lemasa (Consejo Tribal Amungme), compuesto por los jefes de todos los clanes amungme, y exigiendo que sus derechos sean respetados y se les proporcione compensaciones adecuadas por la pérdida de sus tierras y la destrucción de sus montañas sagradas. Quieren que se les reconozca como pueblo, con derecho a sus propias creencias y su cultura ancestral.
Yosepha abrió un lugar de encuentro para los pueblos indígenas llamado Centro Mamá Yosepha. Sigue trabajando para defender los derechos de los pueblos indígenas, está convencida que todos deben aunar esfuerzos: "Todos tenemos sueños que seguir, pero tenemos que ser fuertes y luchar por nuestros derechos".
Fuentes y Bibliografía
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