jueves, 11 de noviembre de 2021

Siglo XVIII - Catalina II de Rusia

                   Breve Biografía de Catalina II de Rusia

Catalina II de Rusia, nació  como Sofía Federica Augusta von Anhalt-Zerbst  en 1729 en Stettin, Prusia, el reino más influyente de Alemania, actual Polonia. Emperatriz de Rusia.

Era una princesa alemana de rango menor, hija de un general prusiano que ejercía  de gobernador de Stettin, en nombre del rey de Prusia Federico Guillermo I (desde 1713 a 1740). La educación de Sofía fue impartida por tutores franceses, quienes la influyeron  en la literatura de grandes escritores como Corneille, Racine y Moliére; además recibió clases de religión luterana.

Fue enviada por su familia a Rusia para casarse en 1745 con el Gran Duque Pedro (1728-1762) y se convirtió a la fe ortodoxa con el nombre de Catalina. La relación  de la pareja fue violenta, Pedro humillaba a su esposa en público y la abandonaba  para estar con sus lacayos;  en 1754 nació su hijo, el futuro Pablo I de Rusia. Tanto la Gran Duquesa Catalina como su esposo tuvieron varias aventuras amorosas dentro de la vida palaciega. En 1762, Pedro subió al trono como Pedro III de Rusia  y la pareja se trasladó al Palacio en San Petersburgo. El zar era incapaz de dirigir un imperio, se dedicaba a la caza y a recrear batallas con soldaditos de plomo en sus aposentos. Reinó solo seis meses, en total 186 días, desde enero a julio de 1762, pues murió - posiblemente estrangulado -, tras el golpe de estado que su propia esposa había provocado para arrebatarle el poder.   

En 1762 Catalina II se convirtió así en Emperatriz de Rusia, tenía 33 años y su hijo Pablo ocho. Mujer de gran personalidad  e inteligencia, ambiciosa  y astuta, gobernó Rusia con mano firme durante los 34 años de su mandato: fue una zarina excepcional,  se entregó totalmente a los intereses del país, supo ganarse el respeto de los gobernantes europeos y de los intelectuales de la época, como Voltaire (1694-1778) y el enciclopedista Diderot (1713-1784), que fue uno de sus más próximos consejeros.

Catalina desarrolló una reforma político administrativa del territorio, otorgó a la nobleza un puesto relevante, sometió a la Iglesia Ortodoxa al control imperial y expulsó la religión de las escuelas. En política exterior se centró en la expansión de su territorio apoderándose de Crimea que estaba bajo el Imperio Otomano, llegando así hasta el mar Negro (1774) y de Lituania en la Tercera Partición de Polonia (1795), en las costas del Mar Báltico. En la guerra, ante su ejército se vestía con uniforme de militar y montaba a caballo como lo habría hecho un emperador.

Rusia se abrió al progreso y a las corrientes filosóficas de la Ilustración,  renombrados arquitectos, filósofos, científicos y artistas fueron invitados a la corte.  La emperatriz  fue una patrona de las artes: San Petersburgo se convirtió en una ventana hacia Europa, albergando tanto obras extranjeras como la de los artistas rusos de fama mundial. Fundó la Academia de las Artes Plásticas. 

Prolífica escritora, fue autora de un manual para la educación de los niños pequeños. Con gran talento literario escribió comedias, obras de teatro en francés y ruso, varias óperas y sus memorias.

Trabajadora infatigable, Catalina II de Rusia, llamada “la Grande”, abrió hospitales, la primera escuela de niñas rusas, colegios y orfanatos, dotó al país de un sistema sanitario y fue pionera en inmunizarse contra la viruela.

La agitada vida amorosa de la zarina fue tema para comentarios misóginos y la excusa para desacreditar su persona y sus logros, al igual que las publicaciones satíricas extranjeras de la época. A pesar de su larga lista de amantes, nunca  quiso compartir el poder: era ella la única que gobernaba. ​El gran amor de su vida fue el príncipe Grigori Potiomkin (1739-1791), quien fue su gran apoyo político y social.

Su Majestad Imperial Emperatriz y Autócrata de Todas las Rusias, Carolina II  falleció en 1796 de un derrame cerebral, a los 67 años. 

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