Deborah Colker nació en 1961 en Río de Janeiro, Brasil. Bailarina, coreógrafa y directora de una escuela de ballet brasileña.
Nieta de inmigrantes de origen judío ruso, fue criada en un ambiente musical y creativo, pues su padre era violinista y director de orquesta. Deborah estudió psicología, fue jugadora de voleibol, estudió piano durante diez años y ha dado varios conciertos. Tomó clases de danzas clásicas, danzas modernas, jazz, zapateo y danza contemporánea.
Desde 1979 hasta 1989 integró el grupo de danza Coringa, de la coreógrafa uruguaya Graciela Figueroa; la energía e inteligencia de esta profesora la estimuló para desarrollar su propio lenguaje corporal, mientras impartía clases de danza contemporánea. A partir de 1984 empezó a formar coreografías y a dirigir piezas musicales, programas de TV, espectáculos de videoclips y películas. Como directora ha trabajado con los principales directores y actores del país.
En 1994 Deborah fundó su propia Compañía de Danza Deborah Colker y debutó en el Teatro Municipal de Río de Janeiro con "Vulcano", en un programa conjunto con el grupo Momix. Siguió "Velox" en 1995 y debido al éxito de su trabajo, ese año la Compañía consiguió el patrocinio exclusivo de Petrobras. Se ha presentado con sus espectáculos en casi todo el mundo: Francia, Inglaterra, Portugal, Alemania, Bélgica, Singapur, Nueva Zelanda, Hong Kong, Estados Unidos, Canadá, Argentina y Uruguay.
Deborah dirige con rigor, pasión y creatividad la compañía, apoyada por su esposo el empresario y productor Joäo Elias. Asume con gran profesionalismo las culturas diferentes, la diversidad, pues tiene en su elenco bailarines brasileños, un ruso, una uruguaya y hasta un bailarín negro, que es una de las principales figuras. Su dinamismo y entusiasmo son contagiosos, pero exige disciplina y responsabilidad; imparte una buena formación técnica para así, moverse con agilidad, por eso, asiste a todos los ensayos para observar fallas y aciertos.
Sus obras son eclécticas, un desafío estético, llenas de vitalidad y destreza, con movimientos acrobáticos, combinación de colores, ritmos y dinamismo. Los bailarines danzan, saltan, se contornean, sus cuerpos flexibles se expresan mediante los movimientos. "El baile tiene que generar placer", dice Deborah. En el espectáculo "Casa" la propia Deborah baila y en "4 x 4" toca el piano, ejecutando una sonata de Mozart.
Esta talentosa artista carioca también ha hecho las coreografías de dos escuelas de samba, Mangueira en 1995, 1996, 1997 y Viradouro en 2004, presentadas en los carnavales brasileños.
La Compañía de Danza Deborah Colker cuenta con un Centro de Movimiento, una escuela que ofrece clases de teatro, anatomía, filosofía, artes plásticas, lecturas y recitales de música y danza, exposiciones de artes visuales. El objetivo es crear un grupo de baile formado por jóvenes que asistan a instituciones educativas públicas, con un promedio alto de asistencia, para evitar la deserción escolar.
Aclamada por la crítica nacional e internacional, la Compañía ha obtenido numerosos premios: Mejor compañía de danzas, de Jornal O Globo; Premio Ministerio de Cultura; Premio Rio Dança por Mejor Vestuario, escenografía e iluminación. Fue la primera brasileña en recibir el Premio Laurence Olivier en el 2001, por "Mix" premio por sus sobresalientes logros en danza.
En el año 2009 Deborah se convirtió en la primera mujer que dirigió el Cirque du Soleil, presentando en Montreal, Canadá, el espectáculo "OVO" (= huevo), símbolo del ciclo de la vida y el nacimiento de muchos insectos, con vestuario de colores llamativos y aroma a flores y pasto.
En una gira por el Reino Unido, a fines de junio de 2010 esta entusiasta coreógrafa y su Compañía de Danza se presentará en el Teatro Barbican de Londres, con el espectáculo "Cruel", una mezcla de danza moderna, gimnasia y circo y con una banda sonara clásica de Vivaldi, Chopin y Dvorak. Deborah Colker es reconocida internacionalmente por la increíble habilidad y concentración que exige a sus bailarines.
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En junio de 2012 se presentó en el Teatro Solís de Montevideo, con el espectáculo Tatyana, basado en la obra "Eugenio Oneguín", del ruso Alexander Pushkin (1799-1837). Deborah trasmitió energía y entusiasmo en esos 18 bailarines (aunque eran sólo cuatro personajes), resaltando la figura femenina y las transformaciones de las emociones, los deseos y las elecciones que hacen a lo largo del espectáculo. Partió inmediatamente en una gira por Europa.
Fuentes y Bibliografía
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