Breve Biografía de Caterina Albert
Caterina Albert i Paradis nació en 1869 en La Escala, un pueblo rural de Cataluña, España. Escritora española que escribió en catalán.
Hija mayor de una familia de terratenientes, fue educada en su casa por profesores particulares, desarrollando sus inclinaciones artísticas por el dibujo, la pintura y la escultura. Influenciada por su madre que escribía poesías, Caterina también se inclinó por la creación literaria. Compartió las ideas políticas de su padre sobre el catalanismo, defendiendo los valores culturales, la tradición y la lengua catalana.
Fue una mujer reservada, arraigada a su pueblo natal, que a la muerte de su padre en 1890, administró el patrimonio familiar. Apasionada lectora, sus primeros poemas no siguen ninguna doctrina literaria; participó con el seudónimo de Virgili Alacseal, en 1898 en los Juegos Florales de la ciudad de Olot, en la provincia de Gerona. Un gran número de intelectuales y políticos catalanes habían apoyado la reapertura en 1859 de los Juegos Florales (desaparecidos desde el siglo XV), lo que contribuyó al prestigio de la literatura catalana culta.
Caterina, como Virgili Alacseal, fue premiada en los Juegos Florales por el poema: “El libro nuevo” y por un monólogo teatral “La infanticida”; la protagonista de este monólogo es una joven explotada por la sociedad rural que mata a su pequeña hija, por temor a que su padre se enterara de que había sido deshonrada. Dicha obra causó mucha polémica en la sociedad conservadora y fue un escándalo cuando se supo que el autor era una “señorita” de La Escala: censuraron la obra y a la autora, ya que consideraron el tema impropio de una mujer.
A partir de ese momento Caterina resguardó su identidad y empezó a publicar bajo el seudónimo de Víctor Catalá, nombre del personaje de una novela suya. Colaboró en varias revistas literarias como “Juventud” y “La Ilustración Catalana” y frecuentó tertulias literarias, conociendo a los grandes escritores de la época, que sí le mostraron respeto y apoyo por su valentía y por su obra.
Caterina, como Virgili Alacseal, fue premiada en los Juegos Florales por el poema: “El libro nuevo” y por un monólogo teatral “La infanticida”; la protagonista de este monólogo es una joven explotada por la sociedad rural que mata a su pequeña hija, por temor a que su padre se enterara de que había sido deshonrada. Dicha obra causó mucha polémica en la sociedad conservadora y fue un escándalo cuando se supo que el autor era una “señorita” de La Escala: censuraron la obra y a la autora, ya que consideraron el tema impropio de una mujer.
A partir de ese momento Caterina resguardó su identidad y empezó a publicar bajo el seudónimo de Víctor Catalá, nombre del personaje de una novela suya. Colaboró en varias revistas literarias como “Juventud” y “La Ilustración Catalana” y frecuentó tertulias literarias, conociendo a los grandes escritores de la época, que sí le mostraron respeto y apoyo por su valentía y por su obra.
Autora prolífica, fue poetisa, narradora, novelista y autora teatral, entre sus obras se destacan “El canto de los meses” (1901) “Cuatro monólogos” (1901), “Sombrías” (1904) y “Soledad” (1905), libro que la consagró dentro y fuera de su país al ser traducido a varios idiomas. A causa de las críticas a la narrativa rural de los escritores de principios del siglo XX, a partir de 1907 Caterina estuvo varios años sin publicar. Presidió los Juegos Florales de Barcelona de 1917 donde pronunció el discurso “De civismo y civilidad” y desde 1923 fue miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.
En sus poesías como en la narrativa trató en general, historias trágicas del mundo rural con un enfoque pesimista; profundizó sobre los conflictos y las emociones de los protagonistas, las relaciones de pareja y el trabajo, y sobre todo la lucha de la mujer dentro de su entorno social. Estas mujeres, verdaderas heroínas, reivindicaban de una manera trágica su libertad, por lo que eran incomprendidas y mal vistas por la sociedad de ese tiempo.
Con la llegada del franquismo (1936-1975) dictadura liderada por Francisco Franco (1892-1975), se adoptó una ideología nacionalista prohibiendo durante las dos primeras décadas el uso en público de otras lenguas (catalán, gallego, asturiano, etc.). Esta política de represión se empezó a suavizar en la década de 1960, por lo que Caterina tuvo que publicar en castellano “Retablo” (1944). En 1951 apareció otra vez en catalán “Obras completas” donde fue bien recibió por los literarios catalanes; también hizo una recopilación de su producción en “Teatro inédito” (Póstumo 1967).
Caterina Albert, o Víctor Catalá murió en 1966 en su casa de La Escala, no viendo nunca ninguna obra suya representada.
En 1967 el Palacio de la Música Catalana representó su obra “La infanticida” como homenaje póstumo a esta destacada escritora de la narrativa catalana.
Fantastic!
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