Mirabai o Mira Bai nació en 1498, en Kudaki, una aldea de Merta, en Rayastán, el mayor de los estados del noroeste de la India. Poetisa mística hindú.
Desde pequeña se consagró como devota de Krishna; su familia, según la tradición, la casó muy joven con el príncipe Bhoj Raj, lo que la situó en un estatus social muy alto. Ella se negó a honrarlo como marido, ya que consideraba al dios Krishná como su único amigo, amante y esposo.
Cantaba y bailaba en los templos y se mezclaba con personas de todas las castas. Seguía los pasos de Ravidas, un líder religioso hindú, quien alentaba a sus discípulos a combatir la discriminación de castas. Una persona no se distingue de otra por la casta, sino por las propias acciones. Poco después de su casamiento, en 1521, el príncipe Bhoj Raj murió, en las batallas contra los invasores mogoles. Su suegro la obligó a auto-inmolarse junto a su marido, práctica que era muy corriente entre las familias reales de esa épòca.
Mirabai muy decidida, desafió la autoridad al negarse y huyó de su hogar hacia Vrindávana, la tierra donde Krishna había vivido de joven. Ella vivía en un templo consagrada a la adoración de la divinidad y allí daba cobijo a sadhús (=ascetas que hacían penitencia y meditación para llegar a la iluminación) y a peregrinos. Componía canciones de devoción, llamadas bhajans, donde expresaba su amor-deseo, el éxtasis, la fusión con dios. También denunciaba el sistema de castas en la India, los intentos de asesinato contra su persona, de parte de la familia de su esposo, pero ella se salvaba milagrosamente.
Ha compuesto más de mil canciones, que aún hoy se cantan en la India, y de las cuales se extraen muchos detalles de su vida, otros datos se difunden a través de las tradiciones orales. Es considerada una santa, por su adoración a Krishna, un ejemplo de mujer ejemplar y guia espiritual.
Mirabai murió en 1546, y la creencia popular dice que desapareció dentro del templo en estado de éxtasis y que el sari de ella se encontró alrededor de la imagen de Krishna, como un símbolo de su inquebrantable devoción.
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