Adelia Silva nació en 1925 en el departamento de Artigas, al norte de Uruguay. Maestra, Directora, profesora, poeta y periodista afrouruguaya.
Nació en la casa de la familia Bianchi, donde su madre trabajaba haciendo tareas domésticas. Hija natural de una negra sirvienta, Adelia quedó huérfana antes de cumplir un año. Fue criada y educada por Julia Bianchi, la única soltera de la familia.
Los antepasados de la población afrouruguaya fueron traídos como esclavos desde Africa hacia Uruguay durante los siglos XVI al XVIII; aunque la esclavitud fue abolida en 1846, los negros fueron siempre discriminados, al no haber una política social y económica que los equiparara con el resto de la sociedad. Siempre han tenido que buscar los trabajos más bajos y menos remunerados, por tener fuertes diferencias en educación. Durante el Siglo XX las desigualdades étnico-raciales y la inequidad en la educación han contribuido a la subvaloración de estas personas.
Gracias a Julia Bianchi que le dio amor y un hogar, Adelia pudo cursar primaria y liceo en su ciudad natal; siguió sus estudios en el Instituto Normal donde obtuvo su título de Maestra de 2º. Grado. Fue la primera maestra negra de Artigas; trabajó como docente, pero siguió estudiando y accediendo así a todos los cargos por concurso, llegando a ser Directora Rural y de Escuelas al Aire Libre, en distintos departamentos.
En la década de 1950, la sociedad conservadora y prejuiciosa, no concebía que una mujer negra tuviera capacidad intelectual para desarrollarse en carreras superiores. El dolor y humillación que tuvo que soportar Adelia, no vencieron su voluntad, al contrario, fueron un incentivo: firme en sus convicciones, desafiando la oponión generalizada, demostró a sus superiores que, con dedicación, esfuerzo y tenacidad - alternaba la docencia con el estudio – pudo vencer los obstáculos que se presentaban. Logró por concurso el cargo de Inspectora Zonal de Artigas, Florida y Salto. Con grandes ansias de conocimiento, en su largo camino de lucha, con su ejemplo, demostró que el color de la piel no le impedía ser inteligente, estudiosa y responsable.
Adelia ejerció como profesora de Educación Secundaria en matemáticas, física, química y francés; fue además profesora de maestros en pedagogía, psicología e historia de la educación. Estudió sola el idioma italiano, con un libro de gramática y un diccionario. Generosa en su accionar, sabia trasmitir confianza y entusiasmo en sus clases; trabajó en forma honoraria en centros como el Hogar rural de varones y el Centro Carcelario. Daba clases particulares a niños carenciados, y a muchos de ellos les daba alojamiento en su casa.
Adelia sacaba horas a su descanso para volcar su sentir y pensamiento en su obra literaria: sus poesías nos hablan de su lucha, sus dolores, pero también de sus esperanzas en defensa de las minorías, del amor que sembró y recibió. Como si fuera poco todo lo que hacía, en 1981 obtuvo su título de Periodismo, y dos años más tarde el de Relaciones Públicas.
Mujer íntegra y pródiga en afectos, fue una gran gestora cultural ya que dedicó su vida a la enseñanza, estimulando con su alegría y espontaneidad a todos los que se acercaban por un buen consejo. Ha recibido distinciones y homenajes en distintas ocasiones: En 1981 recibió el “Premio Jean Harris, Mujeres Destacadas” otorgado por el Rotary Club Artigas, en representacion de Uruguay; El Diploma de Honor del Circulo de Artes y Letras “Angel Falco” (1985) y “Maestra Artiguense Adelia Silva” en la Semana del Libro realizada en su departamento. Ha sido premiada en distintos Concursos de Literatura nacionales y extranjeros.
Adelia Silva, educadora afrouruguaya, falleció en el 2004, dejándonos su legado de esperanza por un mundo más igualitario en derechos y oportunidades, superando intolerancia y discriminación.
Extraido del libro: Adelia Silva, Un legado de Luz
Autorización: Organización Mundo Afro Uruguay
Nació en la casa de la familia Bianchi, donde su madre trabajaba haciendo tareas domésticas. Hija natural de una negra sirvienta, Adelia quedó huérfana antes de cumplir un año. Fue criada y educada por Julia Bianchi, la única soltera de la familia.
Los antepasados de la población afrouruguaya fueron traídos como esclavos desde Africa hacia Uruguay durante los siglos XVI al XVIII; aunque la esclavitud fue abolida en 1846, los negros fueron siempre discriminados, al no haber una política social y económica que los equiparara con el resto de la sociedad. Siempre han tenido que buscar los trabajos más bajos y menos remunerados, por tener fuertes diferencias en educación. Durante el Siglo XX las desigualdades étnico-raciales y la inequidad en la educación han contribuido a la subvaloración de estas personas.
Gracias a Julia Bianchi que le dio amor y un hogar, Adelia pudo cursar primaria y liceo en su ciudad natal; siguió sus estudios en el Instituto Normal donde obtuvo su título de Maestra de 2º. Grado. Fue la primera maestra negra de Artigas; trabajó como docente, pero siguió estudiando y accediendo así a todos los cargos por concurso, llegando a ser Directora Rural y de Escuelas al Aire Libre, en distintos departamentos.
En la década de 1950, la sociedad conservadora y prejuiciosa, no concebía que una mujer negra tuviera capacidad intelectual para desarrollarse en carreras superiores. El dolor y humillación que tuvo que soportar Adelia, no vencieron su voluntad, al contrario, fueron un incentivo: firme en sus convicciones, desafiando la oponión generalizada, demostró a sus superiores que, con dedicación, esfuerzo y tenacidad - alternaba la docencia con el estudio – pudo vencer los obstáculos que se presentaban. Logró por concurso el cargo de Inspectora Zonal de Artigas, Florida y Salto. Con grandes ansias de conocimiento, en su largo camino de lucha, con su ejemplo, demostró que el color de la piel no le impedía ser inteligente, estudiosa y responsable.
Adelia ejerció como profesora de Educación Secundaria en matemáticas, física, química y francés; fue además profesora de maestros en pedagogía, psicología e historia de la educación. Estudió sola el idioma italiano, con un libro de gramática y un diccionario. Generosa en su accionar, sabia trasmitir confianza y entusiasmo en sus clases; trabajó en forma honoraria en centros como el Hogar rural de varones y el Centro Carcelario. Daba clases particulares a niños carenciados, y a muchos de ellos les daba alojamiento en su casa.
Adelia sacaba horas a su descanso para volcar su sentir y pensamiento en su obra literaria: sus poesías nos hablan de su lucha, sus dolores, pero también de sus esperanzas en defensa de las minorías, del amor que sembró y recibió. Como si fuera poco todo lo que hacía, en 1981 obtuvo su título de Periodismo, y dos años más tarde el de Relaciones Públicas.
Mujer íntegra y pródiga en afectos, fue una gran gestora cultural ya que dedicó su vida a la enseñanza, estimulando con su alegría y espontaneidad a todos los que se acercaban por un buen consejo. Ha recibido distinciones y homenajes en distintas ocasiones: En 1981 recibió el “Premio Jean Harris, Mujeres Destacadas” otorgado por el Rotary Club Artigas, en representacion de Uruguay; El Diploma de Honor del Circulo de Artes y Letras “Angel Falco” (1985) y “Maestra Artiguense Adelia Silva” en la Semana del Libro realizada en su departamento. Ha sido premiada en distintos Concursos de Literatura nacionales y extranjeros.
Adelia Silva, educadora afrouruguaya, falleció en el 2004, dejándonos su legado de esperanza por un mundo más igualitario en derechos y oportunidades, superando intolerancia y discriminación.
Extraido del libro: Adelia Silva, Un legado de Luz
Autorización: Organización Mundo Afro Uruguay
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