Dorothy Mae Stang nació en 1931 en Dayton, Ohio, Estados Unidos. Activista, religiosa, misionera cristiana y educadora.
Nació en la época de la Gran Depresión, en una familia católica, vivió su niñez en un país afectado por el desempleo y la tensión social. En 1948, a los 17 años, Dorothy ingresó en la Congregación de Nuestra Señora de Namur. Esta congregación católica fundada en 1804 reúne a más de dos mil mujeres que realizan un trabajo pastoral en los cinco continentes. Unos años después, Dorothy fue enviada a ayudar y servir a los pobres, en la parroquia de la Santísima Trinidad, en el desierto de Arizona. Tomó los hábitos como monja perpetua en 1956, a los 25 años, haciendo votos de pobreza, santidad y obediencia.
Diez años después fue destinada a Brasil, junto a otras cinco hermanas de Namur. Llegaron en 1966 aprendiendo primero el idioma y la cultura del país; muy pronto Dorothy fundó la primera comunidad en el convento de Maranhäo, donde se dedicó a la formación de nuevos catequistas y a la educación religiosa de adultos.
La dictadura militar brasileña ya estaba instaurada (1964-19859, el Estado de Seguridad estructuró un aparato represivo y dominación autoritaria; durante más de veinte años hubieron violación a los derechos humanos, cientos de muertos y desaparecidos. La lucha armada era inevitable y la vía pacífica en esa realidad, era impensable. Toda la gente que trabajaba por los Derechos Humanos y a favor de los derechos de los campesinos fueron considerados subversivos por la dictadura militar y perseguidos.
Conscientes de la situación que estaban viviendo, Dorothy y las otras monjas decidieron internarse en la selva para la atención pastoral de las comunidades más pobres; éstas habían perdido todo, ya que los poderosos hacendados, cómplices de la dictadura, se habían apropiado ilegalmente de las tierras.
Se instalaron en Anapú, una zona aislada y sin atención pública, en el estado de Pará, en el norte de la Amazonia, donde armaron un conjunto de chozas.
El sueño de Dorothy era desarrollar una comunidad agraria en el hábitat amazónica en que se encontraban; comenzó un proyecto comunitario para levantar una iglesia, con la solidaridad de unos con otros, atender la vida cristiana y promover la justicia. De espíritu alegre y muy decidida, la hermana Dorothy organizó un programa de salud e higiene, ya que no había médicos ni hospitales; capacitó a los campesinos en el trabajo agrícola, creando una pequeña huerta junto al procesamiento de frutas, construidas con fondos de su propia familia.
La hermana Dorothy permaneció en esta región casi cuarenta años, tomando la ciudadanía brasileña; luchadora incansable, fundó más de veinte escuelas y el Centro de Formación de Profesores San Rafael. Pero durante este tiempo las compañías madereras y los terratenientes devastaban la selva amazónica. Debía detener la destrucción forestal y lograr una democrática reforma agraria. A esta iniciativa que comenzó en 1999, le dedicó todos sus esfuerzos, creando el Proyecto de Desarrollo Sostenible (PDS) “La Esperanza”, luchando por 130.000 hectáreas de tierra y que repartiría a más de seiscientas familias campesinas. Impulsó la reforestación de las áreas degradadas con los trabajadores rurales de la autopista Transamazónica.
Vistiendo una camiseta blanca con el lema “La muerte del bosque es el fin de nuestra vida” impulsó una gran campaña en defensa de la selva y las especies forestales exóticas como el cedro, el jatobá y la caoba, que eran objeto de explotación ilegal y se vendían en el mercado negro de madera. Participó activamente en los movimientos sociales de Pará, en la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) y en el Movimiento de los Sin Tierra.
Dot o Irmá (=hermana) Doroteia, como la llamaba el campesinado, con mucha valentía y tenacidad, denunciaba públicamente la impunidad de la tala ilegal de la selva amazónica, a los terratenientes que tenían a familias campesinas trabajando como esclavos, por lo que recibió varias amenazas de muerte, pero su compromiso con los más pobres y su fe inquebrantable le ayudaban a seguir adelante.
En el año 2004 viajó a Brasilia a testificar ante la Comisión de Investigación por la destrucción del Amazonas. Fue declarada “Ciudadana Honorable de Pará” por la Asamblea Legislativa del Estado y recibió el Premio de Derechos Humanos concedido por el Colegio de Abogados de Brasil: su labor estaba siendo reconocida, pero era una amenaza no violenta contra el crimen organizado de todo el Amazonas.
En febrero de 2005, a los 74 años, la hermana Dorothy Stang fue asesinada a tiros por sicarios contratados por terratenientes. Su muerte fortaleció el movimiento que ayudó a diseñar: alrededor de 230 familias viven hoy en terrenos propiedad del Proyecto Desarrollo Sustentable "La Esperanza" y su sustento es lo que siembran. La lucha y obra de Dorothy es fuente de inspiración para los campesinos, y a pesar de las dificultades, las misioneras, compañeras de Dorothy siguen su ejemplo. Pero la violencia y los asesinatos continúan ocurriendo, amparándose en la impunidad.
En el año 2010 el hacendado que contrató a los asesinos fue condenado por los Tribunales de Justicia, a 30 años de cárcel. Fue la primera condena de un hacendado tras casi ochocientos asesinatos de campesinos desde 1980, sólo en la zona conflictiva de Pará.
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