Grisélidis Réal nació en 1929 en Lausana, Suiza. Pintora, escritora y activista por los derechos de las prostitutas.
Hija de maestros, a partir de los seis años vivió en Alejandría, Egipto, donde su padre era director de la Escuela Suiza y en Atenas, Grecia, hasta que quedó huérfana en 1938. De vuelta a Lausana con su madre, recibió una educación rígida junto a sus dos hermanas menores; asistió a la Escuela de Artes Decorativas de Zurich donde se graduó en 1949.
Ese mismo año se trasladó a Ginebra donde se casó, tres años después nació su primer hijo. Divorciada y con una nueva pareja, Grisélidis tuvo tres hijos más. Para poder subsistir, empezó a dibujar y pintar pañuelos de seda, pero al no poder mantener a sus hijos perdió la custodia.
Sola y separada de sus hijos sufría mucho; en 1961 se trasladó a Alemania donde comenzó a prostituirse. En 1963 estuvo en prisión por siete meses en la cárcel de mujeres de Munich por vender marihuana a soldados americanos, donde dibujaba y escribía un diario en cautiverio. Fue repatriada a Suiza, y continuó con su profesión de prostituta, donde era muy valorada.
En la década de 1970 Grisélidis comenzó su vida de activista; fue defensora de los inmigrantes y de los marginados, pero sobre todo luchó por los derechos de las prostitutas. Se convirtió en una de las líderes de la “Revolución de prostitutas” en París; en 1975 más de 500 mujeres reclamaron el reconocimiento de sus derechos y de su profesión como una elección de vida. Fue una de las fundadoras en 1982 de la Asociación de
Defensa de las Prostitutas, como protesta contra la violencia de los proxenetas y policías; participó en conferencias internacionales, en universidades, debates sobre sexualidad, reivindicando el rol social de la prostitución. Su pequeño apartamento en la zona roja de Ginebra se convirtió en un Centro Internacional de Documentación sobre la Prostitución.
Valiente y transgresora, Grisélidis publicó su primer libro en 1974 “El negro es un color”, novela autobiográfica, de gran contenido erótico, como un homenaje a uno de sus amantes afroamericano, “Un turno imaginario” en 1992, “El burdel del futuro” ensayo, son textos basados en su lucha, experiencia y batallas políticas. “Carnet de baile de una cortesana” apareció en 2005 una especie de agenda que abarca el período 1977-1995, donde Grisélidis anotó en orden alfabético los nombres de sus clientes, sus hábitos, su idiosincrasia y el precio que les cobraba. Sus pinturas no trascendieron.
Fue una mujer generosa y auténtica, libre y apasionada, dignificaba su profesión de treinta años, luchaba por la aceptación social, ya que para ella “la prostitución libre es una necesidad para que desaparezca la prostitución infantil y la esclavitud sexual”. Dejó su profesión a los 66 años, pero se negó a ser considerada ex–prostituta, pues decía: ningún panadero es llamado ex–panadero al retirarse.
Grisélidis Réal murió en mayo de 2005 en Ginebra, a los 75 años de edad. Casi cinco años más tarde, en 2009 a pesar de las voces que protestaron, se cumplió su último deseo: ser enterrada en el Cementerio de los Reyes en Ginebra, al lado de artistas, filósofos y políticos. En su tumba sólo hay una placa de acero inoxidable donde se lee “Grisélidis Réal, Escritora, Pintora, Prostituta 1929-2005”.
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