Naomí Klein nació en 1970 en Montréal, Canadá. Economista política, periodista, escritora.
Ha escrito numerosos artículos periodísticos y políticos, y ha colaborado como columnista en los diarios progresistas The Guardian de Londres y The Globe and Mail de Toronto, Canadá. Ha sido catedrática en el London School of Economics y es Doctora "Honoris Causa" en Derecho por la Universidad de King's College de Nueva Escocia. En el Sondeo Global de Intelectuales de todo el mundo, que realiza la revista "Prospect", Naomí alcanzó el puesto undécimo, el más alto logrado por una mujer.
Su trabajo independiente la ha llevado a hacer investigaciones: es una gran activista del movimiento antiglobalización y el socialismo democrático. Sobre esta experiencia en el año 2002 publicó un libro "No Logo" donde explicó las influencias de las grandes marcas y sus formas de invadir con publicidad, sin tener en cuenta la calidad de la mercadería: la marca es más importante que el producto que vende. Los trabajadores, en su mayoría de Asia y Latinoamérica, pasan a ser esclavos de la marca, con horarios abusivos y condiciones infrahumanas de trabajo.
En el 2003 apareció "Vallas y Ventanas" una recopilación de sus ensayos y trabajos periodísticos. En el 2004 produjo el documental "La toma" dirigido por su esposo, el periodista canadiense, Avi Lewis, donde muestra la adquisición de parte de sus empleados, de una planta industrial de automóviles, en Buenos Aires, a raíz de la crisis económica de Argentina de 2002, para convertirla en cooperativa de trabajadores.
Destacada y controvertida investigadora, en el 2007 apareció su último libro "La Doctrina del shock", una profunda crítica al "triunfo democrático" del capitalismo, el cual utiliza constantemente la violencia, el shock, para justificar sus políticas económicas de privatización, depredación, desempleo, empobrecimiento y hambre a costa del sometimiento de los pueblos.
En los primeros años del siglo XX hubo otra mujer que dedicó su vida a terminar con el capitalismo: Rosa Luxemburg, teórica marxista, en su libro "La Acumulación de Capital" de 1913, decía que "los desastres naturales o de políticas de gobiernos, causan penurias y producen el desplazamiento de miles de personas, mientras aseguran la supervivencia del capitalismo". Creía que el poder en manos de la clase trabajadora podía asegurar la paz y derrocar el capitalismo y el imperialismo.
Naomí Klein. después de una intensa investigación, en su libro "La doctrina del Shock", hizo un estudio sobre el caso boliviano de 1985, cuando el gobierno de Paz Estenssoro, aplicó el Decreto Supremo 21060, donde echó a la calle a más de 50.000 obreros mineros, cerrando todas las minas estatales. Los políticos y economistas eliminaron todos los derechos laborales, sociales y civiles, parapetados tras un régimen democrático. "Miedo, inestabilidad, dislocación son el terreno fértil para los arquitectos de la terapia del shock, afirma Naomí, sólo la información para todos es el antídoto. Chile en 1973, China en 1989, Polonia en 1989, Irak en 2003, en todos estos países, el neoliberalismo se ha impuesto gracias al "capitalismo del desastre", aprovechando una situación traumática".
El 3 de mayo de 2010, Naomí asistió en Cochabamba, Bolivia, a la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Al incrementar la temperatura global, se derriten los glacieres de los Andes y los Himalayas y peligraría el suministro de agua, se extenderían los desiertos, varias especies estarían en peligro de desaparecer. La humanidad está frente a una alternativa: continuar por el camino del capitalismo y el hambre o el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida. La Declaración de Cochabamba exigió al mundo industrializado respeto al derecho de acceso y goce del agua, como un derecho humano fundamental.
Naomí Klein, muy firme en sus convicciones, afirma que las sociedades que han aprendido de sus traumas pasados, son más resistentes al shock y resulta más dificil explotarlas. El cooperativismo es la única esperanza.
Los libros de esta analista política se están traduciendo a más de 25 idiomas. En 2004 sus informes sobre Irak la hicieron merecedora del Premio James Aronson de Periodismo por la Justicia Social. En 2009 ganó el Premio Warwick de Literatura, otorgado por el Reino Unido.
Fuentes y Bibliografía
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