Simone Weil, filósofa, escritora y activista francesa, nació en París en 1909. Tuvo una amplia educación humanista y agnóstica, a pesar de que sus padres eran de origen judío. Fue alumna del filósofo Alain (seudónimo de Emile Auguste Chartier 1868-1951), de quien recibió una profunda influencia y comenzó a vivir inquieta por el dolor de los pobres y la injusticia social.
Asistió a la Sorbona y a partir de 1931 fue una brillante catedrática de filosofía. Al igual que Simone de Beauvoir, impartía clases en el instituto, convirtiéndose en una ardiente activista social, organizando cursos para educar y concientizar a los obreros. Escribió en varias publicaciones de signo sindicalista y revolucionario donde criticó las distintas formas de poder, sean del Partido Comunista, del Estado francés o de la iglesia. Se entregó con vehemencia a causas sociales: estaba convencida de que para comprender las luchas obreras, había que compartir las condiciones de vida de los oprimidos.
En 1934 Simone abandonó la enseñanza y trabajó en la fábrica Renault, experimentó en sí misma la opresión, la humillación, hambre y agotamiento que sufrían los obreros. Fue una luchadora comprometida con los marginados y escribió su experiencia en el libro "La condición obrera" (1951). Cuando estalló la guerra civil española, Simone acudió a Barcelona, en 1936 donde luchó junto a los republicanos.
Volvió a Francia y a sus clases de filosofía, pero empezó una crisis espiritual y se acercó a la fé católica. La inquietud constante para comprender y experimentar el dolor inherente a la vida humana, toda la angustia de los hombres se le reveló en el sufrimiento de Cristo. Está considerada como una de las más grandes místicas occidentales laicas de este siglo y sus obras reflejan una profunda espiritualidad. "La gracia de Dios es tal que a veces nos hace ver la belleza en nuestro propio infortunio".
En 1942 Simone se incorporó a las fuerzas de la Francia libre que estaban en Londres, cuyo lider de la resistencia era De Gaulle. Quería compartir la lucha y el dolor de los que sufren: "el desdichado es consciente de su propia esclavitud espiritual y esa desdicha deja una huella en el alma". Para comulgar con los sufrimientos de sus compañeros, Simone se imponía largos ayunos, lo que le afectaba su frágil salud.
Escribió varios libros, ensayos y diarios íntimos, donde expuso su pensamiento filosófico y religioso, su búsqueda de la justicia social y de la salvación individual. Sus obras conectan diversas tradiciones literarias como hinduismo, griego y sánscrito; enseñan a buscar el bien pero no admirar nunca el poder ni la fuerza, a no despreciar a los desgraciados.
Su precaria salud, su agotamiento físico le impidieron vencer su enfermedad: la tuberculosis. Simone Weil murió en Londres, en 1943, a los 34 años.
Fuentes y Bibliografía
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