Gertrude Bell nació en 1868 en Durham, Inglaterra. Escritora, viajera, arqueóloga y estudiosa de Oriente.
Nació dentro de una próspera familia, recibiendo una estricta educación y disciplina; con fuerte personalidad decidió estudiar en la facultad Lady Margaret Hall, donde fue la primera mujer en doctorarse, con honores, en 1887, en Historia Moderna en Oxford. Luego de graduarse viajó a lo 23 años, a varios países de Oriente Medio, haciendo amistad con personalidades como jeques, emires y hasta reyes.
Gertrude hizo dos viajes alrededor del mundo y en Suiza obtuvo reconocimiento como una experta alpinista. Volvió a los países de Oriente: actuales Siria, Irak, Líbano, Israel, Turquía. Viajera intrépida y apasionada, recorría zonas peligrosas e inexploradas, a lomo de camello, en coche, a caballo; estudió persa y árabe, visitó palacios y mezquitas, fotografió y tomó medidas de las ruinas que encontraba en su camino. Reconocida arqueóloga, hizo varias exploraciones del desierto. Escribió muchos libros contando sus experiencias y tradujo los poemas de Hafiz, poeta místico persa.
Por su conocimiento de Oriente Medio y su capacidad para hablar árabe, turco y persa, a los 48 años, Gertrude fue contratada por el Servicio de Inteligencia Británica, durante la Primera Guerra Mundial, siendo la primera mujer oficial del contraespionaje militar. Trabajadora incesante, organizó y procesó datos sobre la localización de las tribus árabes que podrían ser aliadas británicas en la guerra, dibujó mapas de la zona que ella conocía muy bien. Durante 1915, en la Oficina Arabe en El Cairo, llegó a ser una persona muy influyente del Imperio Británico y colaboró con el Coronel Lawrence en la causa árabe.
Después de la caída del Imperio Otomano (1922), como experta orientalista, Gertrude trazó las fronteras del nuevo Irak y convenció con mucha habilidad, a Winston Churchill (1874-1965), en su calidad de secretario colonial, a aceptar a Faisal (1885-1933) como nuevo rey de ese país. Irak había estado bajo la opresión del Imperio Otomano, luego fue colonia británica, hasta que surgió, con gran apoyo de Gertrude un autogobierno árabe. Irak siguió bajo la tutela inglesa por más de una década.
Inteligente y vital, a partir de 1921, Gertrude fue consejera del Rey Faisal, el primer rey de Irak y salvó el rico patrimonio, extraído de las excavaciones, creando y organizando el Museo Arqueológico de Bagdad. Fue la verdadera impulsora de la descolonización británica en Arabia y promulgó la unificación árabe. Obtuvo la Medalla de Oro de la Real Sociedad Geográfica y fue condecorada con la Orden del Imperio Británico.
En sus últimos años, Gertrude se instaló en Bagdad, donde se suicidó en 1926, a los 58 años, con una sobredosis de pastillas para dormir. Ha dejado un legado de casi 7000 fotografías de sitios arqueológicos de Medio Oriente, varios artículos y miles de cartas detallando sus viajes. Dejó dinero para financiar el Instituto Británico de Arqueología en Irak.
Fuentes y Bibliografía
No hay comentarios:
Publicar un comentario