Breve Biografía de Dolores Veintimilla
Dolores Veintimilla nació en Quito en 1829. Poetisa ecuatoriana.
Pertenecía a una familia aristócrata y recibió una esmerada educación. estudió en el Colegio Santa María del Socorro y más tarde en el Convento de Santa Catalina de Siena. Dolores estudió música, sabía tocar el piano y la vihuela; recibió clases de dibujo y pintura. De gran inteligencia y sensibilidad, leía con avidez cuánto libro llegara a sus manos, logrando una sólida y variada ilustración, difícil de encontrar en las mujeres de esa época. Empezó a escribir poesías desde muy joven.
A los 18 años Dolores se casó con el doctor colombiano Sixto Galindo, quien vivía en Ecuador a causa de las persecuciones políticas de su patria. El matrimonio se trasladó a Guayaquil y luego en 1854, a Cuenca con su pequeño hijo. Dolores frecuentaba los mejores círculos sociales y en su casa organizaba tertulias literarias, donde exponía su poesía.
Pero la indiferencia y largas ausencias de su esposo, la sumieron en una profunda tristeza; abandonada finalmente por éste, volcó su dolor y humillación en la pintura, la música y sobre todo en la poesía. Sus poemas son una confidencia lírica, de estilo pulcro y delicado, donde plasmó sus frustraciones, su tristeza, el amor y el dolor como un solo sentimiento: "Desencanto", "Anhelo", "Sufrimiento", "La noche y mi dolor", "Quejas", "A mis enemigos", "A mi madre".
Pero no hubo compasión para ella en la sociedad en que se movía: sus tertulias fueron motivo de rumores y calumnias. La situación se agravó cuando en abril de 1857, Dolores publicó por medio de una hoja volante "Necrología", defendiendo a un indígena condenado a muerte, bajo la acusación de parricidio: "... Vierto mis lágrimas sobre la tumba de un hombre, de un padre de cinco hijos que no tenía para éstos más patrimonio que el trabajo de sus brazos...". Era el primer alegato contra la pena de muerte en Ecuador y en defensa de la clase indígena.
Las calumnias y los agravios se multiplicaron, Dolores fue señalada como inmoral y atea. Sola y angustiada, no pudo superar el oprobio y decidió morir, tomando cianuro, el 23 de mayo de 1857; tenía 28 años de edad. Dejó una nota a su madre pidiéndole perdón y que cuidara a su hijo.
En 1908, el periodista y escritor Celiano Monge (1857-1940), publicó en Quito, las poesías y escritos en prosa de Dolores Veintimilla, considerada una de las mejores poetisas de Ecuador, salvándolas del olvido.
Fuentes y Bibliografía
Pertenecía a una familia aristócrata y recibió una esmerada educación. estudió en el Colegio Santa María del Socorro y más tarde en el Convento de Santa Catalina de Siena. Dolores estudió música, sabía tocar el piano y la vihuela; recibió clases de dibujo y pintura. De gran inteligencia y sensibilidad, leía con avidez cuánto libro llegara a sus manos, logrando una sólida y variada ilustración, difícil de encontrar en las mujeres de esa época. Empezó a escribir poesías desde muy joven.
A los 18 años Dolores se casó con el doctor colombiano Sixto Galindo, quien vivía en Ecuador a causa de las persecuciones políticas de su patria. El matrimonio se trasladó a Guayaquil y luego en 1854, a Cuenca con su pequeño hijo. Dolores frecuentaba los mejores círculos sociales y en su casa organizaba tertulias literarias, donde exponía su poesía.
Pero la indiferencia y largas ausencias de su esposo, la sumieron en una profunda tristeza; abandonada finalmente por éste, volcó su dolor y humillación en la pintura, la música y sobre todo en la poesía. Sus poemas son una confidencia lírica, de estilo pulcro y delicado, donde plasmó sus frustraciones, su tristeza, el amor y el dolor como un solo sentimiento: "Desencanto", "Anhelo", "Sufrimiento", "La noche y mi dolor", "Quejas", "A mis enemigos", "A mi madre".
Pero no hubo compasión para ella en la sociedad en que se movía: sus tertulias fueron motivo de rumores y calumnias. La situación se agravó cuando en abril de 1857, Dolores publicó por medio de una hoja volante "Necrología", defendiendo a un indígena condenado a muerte, bajo la acusación de parricidio: "... Vierto mis lágrimas sobre la tumba de un hombre, de un padre de cinco hijos que no tenía para éstos más patrimonio que el trabajo de sus brazos...". Era el primer alegato contra la pena de muerte en Ecuador y en defensa de la clase indígena.
Las calumnias y los agravios se multiplicaron, Dolores fue señalada como inmoral y atea. Sola y angustiada, no pudo superar el oprobio y decidió morir, tomando cianuro, el 23 de mayo de 1857; tenía 28 años de edad. Dejó una nota a su madre pidiéndole perdón y que cuidara a su hijo.
En 1908, el periodista y escritor Celiano Monge (1857-1940), publicó en Quito, las poesías y escritos en prosa de Dolores Veintimilla, considerada una de las mejores poetisas de Ecuador, salvándolas del olvido.
Fuentes y Bibliografía
3 comentarios:
dolores fue una de las mujeres mas fuertes ya que soporto desengañois etc hasta que murio.
Loor a Dolores Veintimilla mi adniración y pleitesía a una mujer tan valiente, que soportó tantas humillaciones, una mujer, que hasta para morir adopta desiciones drasticas y controversiales, pues no sabemos si fue valiente al tomar la desisión de morir y dejar a su pequeÑo hijo, o cobarde al no enfrentar al mundo y luchar por él, creo personalmente que prevalecio el amor por su esposo y la indignación por la traición, antes que el amor por su hijo. Pero aún así la admiro por la profundidad de sus palabras.
En lo que a mí respecta, a mis 15 años me considero una gran admiradora de Dolores
Beintimilla, no solo por la delicadeza en su expreción, sino también por su impetuoso espíritu sencible, dulce y etéreo, capaz de llegar a lo más profundo del corazón de una adolescente. veo en esta poetisa una pequeña parte de la mujer, valiente, madre amante adnegada. Discrepo con muchas personas que la catalogan de cobarde, pienso sobre todo que un hijo no es una atadura, que un niño no podía mantener con vida a una persona, en el caso de Dolores, ella no se uviera encontrado con una fortaleza como para darle a su hijo una felicidad plena. sé también que a veces, morir es de valientes, dejarlo todo no es fácil aunque así lo parezca. Agradezco cada letra que esta dulce mujer plasmó, gracias Dolores beintimilla por inspirar en mí los más hermosos sentimientos, por decirme que ame la literatura, por darme una letra, un verso, un poema. Gracias a la precursora del romanticismo en Ecuador, he dejado florecer mi corazón y con una locuacidad, que ante sus poemas son simples Ejercicios de escritura, he dado a la literatura la llave de mis más puros y sencibles deseos.
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