Breve Biografía de Clotilde Catalán de Ocón
Perteneció a una ilustre familia que pasaba gran parte del año en la propiedad que poseían en el Valle de Valdecabriel, alternando con temporadas en Barcelona. Clotilde y su hermana Blanca Catalán de Ocón, recibieron una esmerada educación tanto en su hogar, como en colegios de Monreal del Campo y en Teruel. Su madre, educada en un convento de Suiza, les inculcó el amor por la naturaleza y los insectos.
Blanca se interesó por la flora del valle, mientras que Clotilde observaba y coleccionaba insectos. Con el apoyo del presbítero y naturalista Bernardo Zapater (1823-1907), que desde 1880 se dedicaba al estudio de la entomología y la botánica de la zona, Clotilde empezó a cazar y coleccionar Lepidópteros, más conocidos como mariposas.
Recogió y formó una interesante colección, clasificándola muy detalladamente, logrando capturar unas raras especies. Los lepidópteros pueden ser diurnos, pero la mayoría son nocturnos y pasan inadvertidos. Ponen sus huevos en una planta, nacen como larvas que se conocen con el nombre de orugas y se alimentan de las hojas de esa planta. En la metamorfosis, la oruga se transforma en crisálida y luego en mariposa. Estas se alimentan absorbiendo néctar de las flores que polinizan.
Clotilde con dedicación y minuciosidad se convirtió en una notable entomóloga, su catálogo fue publicado en "Miscelánea Turolense" en 1894, con buenos elogios de Zapater.
Alternaba esta actividad con la poesía. La belleza del Valle de Valdecabriel fue la fuente de inspiración para sus composiciones poéticas: exaltaba las sensaciones que experimentaba en su contacto con la naturaleza. De carácter romántico y melancólico, Clotilde expresaba tanto el dolor ante la muerte de sus seres queridos, la madre y luego su hermana Blanca, como su vida errante y solitaria.
Tras el casamiento de su hermana y la muerte de su madre, su familia se arruinó, liquidando todas sus posesiones en Valdecabriel y Monreal del Campo; Clotilde se trasladó a Figueras, en Cataluña. "Qué me importa que el mundo/ me brinde goces,/ si encuentro las espinas/ tras de las flores?/ Triste existencia,/ pues siempre a la alegría/ se une la pena".
Sus poesías fueron publicadas en periódicos y revistas de Teruel y Zaragoza y firmadas con el seudónimo de "La Hija del Cabriel". De su vida poco más se sabe; Clotilde Catalán de Ocón falleció en 1946.
1 comentario:
Fascinante: el rescate de una vida casi anónima.
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