Breve Biografía de Antonia Brico
Hija
de madre soltera, a los dos años fue adoptada por una pareja, los Wolthuis que
le cambiaron el nombre a Wilhelmina, alias Willy; en 1908 la familia emigró a
los Estados Unidos, instalándose en Los Ángeles. Asistió a la escuela secundaria
de Oakland, donde además recibió intensas clases de piano. Era ya una
adolescente cuando Willy se enteró que era una chica adoptada.
No
vivía en un entorno feliz ni cómodo por lo que se marchó de su casa dispuesta a
indagar sobre su verdadera familia, asumiendo su verdadero nombre: Antonia
Brico. En 1919 ingresó a la Universidad de California en Berkeley y cuatro años
más tarde se graduó con matrícula de honor en Artes Liberales.
Tras
graduarse se trasladó a Nueva York para estudiar con uno de los pianistas y compositores más reconocido en
ese momento: Sigismund Stojowski (1870-1946). Aunque era una buena pianista - realizó varios recitales
-, su interés era la dirección de orquesta. Fue objeto de burla, era un sueño
impensable, pues la sociedad de la época
no admitía mujeres como directoras de orquesta. Luego de dos años, en 1927 viajó
a Hamburgo, al norte de Alemania, donde
Karl Muck (1859-1940) dirigía la Orquesta Filarmónica de la ciudad. Se convirtió en el mentor de Antonia durante cuatro años y fue además su asistente
de forma que su aprendizaje fue completo.
En 1930, con 28 años, Antonia Brico, de nacionalidad estadounidense, se convirtió en la primera mujer en dirigir la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín. Recibió muy buenos elogios: “posee más habilidad, inteligencia y musicalidad que algunos de sus colegas masculinos”. Aunque tuvo buenas críticas, cuando regresó a Estados Unidos buscando un trabajo estable, encontró muchas dificultades: los hombres seguían al mando de la mayoría de los trabajos de la época. Dirigió la Orquesta Sinfónica de San Francisco y la de Los Ángeles, pero solo como directora invitada.
La marginación social y laboral de las mujeres dentro de la sociedad de entonces, le negó el reconocimiento que se merecía. Luchadora incansable, valiente y transgresora, en 1934 creó su propia orquesta compuesta sólo de mujeres la Orquesta Sinfónica de Mujeres, que contó con el respaldo de la Primera Dama Eleanor Roosevelt. Fundó esta orquesta para reivindicar el derecho de la mujer como instrumentista y música y para demostrar la capacidad y talento de esas mujeres. Durante cuatro años funcionó con éxito, hasta su disolución en 1939.
En 1938 se convirtió en la primera mujer de la historia que dirigió la Orquesta Filarmónica de Nueva York. No todos aceptaban el ascenso social y cultural de Antonia, la sociedad académica y musical era muy machista y su opinión aparecía en artículos publicados en el Times, no la juzgaban por su talento, sino por ser mujer: “es una desgracia que una mujer dirija esta orquesta”.
Años
más tarde, Antonia se trasladó a Denver,
Colorado, donde fue una respetada profesora de piano y dirigió pequeñas orquestas,
también fundó sus propios conjuntos, una Sociedad de Bach y el Conjunto de Cuerdas
de Mujeres. A partir de 1946 continuó con sus giras europeas tanto como
pianista como directora, dirigiendo con éxito las más prestigiosas orquestas
del mundo, incluida la Sinfónica de Mujeres de Japón. Siempre como invitada, en ninguna como directora titular.
A finales de la década de los 40, regresó a Denver donde dirigió la Orquesta de Hombres de Negocios que, desde 1948 se convirtió en la Orquesta Sinfónica Antonia Brico.
Antonia Brico daba pocos conciertos y su nombre fue cayendo en el olvido, hasta que en 1974 se estrenó un documental sobre su vida, dirigido por una de sus exalumnas, la cantante folk Judy Collins (1939-). Fue tal el éxito que Antonia, a los 73 años, recibió el tan anhelado reconocimiento. Hizo su última aparición en Nueva York en 1977 dirigiendo la Filarmónica de Brooklyn.
Antonia Brico falleció en Denver en 1989, a los 87 años. Hasta esa fecha no existía ninguna directora de orquesta con un puesto fijo en ninguna orquesta del mundo.
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