Lydia Cabrera nació en 1899 en La Habana, Cuba. Escritora, investigadora y etnóloga de la cultura afrocubana.
Recibió educación con tutores en su casa y su hermana mayor contribuyó a su formación cultural. Ávida lectora y con imaginación creativa, escuchaba con atención las historias que las "tatas" negras, las domésticas, le contaban. Con ellas, Lydia conoció el modo de vida de los afrocubanos, sus mágicas historias, sus leyendas, los dolores y sufrimientos de esa raza.
Hizo el bachillerato como autodidacta y tomó cursos de postgrado, porque "hallaba placer en los libros". Asistió a partir de 1914 a la Academia de Bellas Artes dibujando del natural al lienzo. Tras la muerte de su padre en 1923, viajó a París donde siguió estudiando pintura, en L´Ecole du Louvre y se graduó en 1930. También estudió las culturas y religiones orientales, con lo cual volvió su interés por el mundo afrocubano.
Desde la llegada de Colón en 1492, Cuba fue una colonia española y en la primera mitad del siglo XIX, se realizó la mayor entrada de esclavos en la isla, llegando a ser más de 600.000 africanos. El último barco de esclavos negros llegó a Cuba en 1867, y en el año 1886 se abolió la esclavitud. En 1898 Cuba logró la independencia de España, pero pasó a estar bajo la ocupación militar de Estados Unidos hasta mayo de 1902.
Estando en París, Lydia escribió cuentos de negros, que leía a su amiga la escritora venezolana Teresa de la Parra (1889-1936), mientras la acompañaba durante su enfermedad, pues estaba internada en un sanatorio en Suiza. Estos cuentos fueron publicados en 1936: "Cuentos negros de Cuba", y en 1940 la edición en español apareció en La Habana. Permaneció en Europa hasta 1937, retornó a Cuba recorriendo el país, para investigar y recopilar información de tradición oral, de los ancianos negros, hijos de africanos, sobre los rituales, los mitos y las costumbres más arraigadas de la cultura afrocubana.
Tras varios años de paciente y tenaz labor, publicó "El Monte" el cual está considerado su obra maestra. Sus cuentos y relatos están llenos de sincretismo, es decir, la fusión de razas y culturas negra y blanca, tal como está formada la sociedad cubana: se sitúan en la época colonial, en las haciendas, en los barracones, donde da vida a sus personajes, con su lengua yoruba, su sabor, su música. Los yorubas son un grupo étnico de Nigeria, y a pesar de los efectos de la esclavitud, un alto porcentaje de africanos esclavizados en América, mantuvieron su léxico, sus supersticiones, sus dioses de la mitología africana.
También la flora y la fauna tropical, y un sin fin de plantas medicinales, están presentes en los relatos de Lydia. El sincretismo religioso de Cuba: Santos, Orichas, Ngangas, Lucumis; la mezcla del catolicismo, el espiritismo y los cultos africanos se debía al esfuerzo de los esclavos por ocultar sus creencias religiosas y protegerlas. Con el correr de los años los negros supieron conservar su religión intacta y desligada del catolicismo.
En 1960 Lydia abandonó Cuba por no estar de acuerdo con el gobierno de Fidel Castro que había tomado el poder un año antes, y se radicó en Florida, Estados Unidos. Siguió adelante con su anhelo de saber más sobre los negros traídos de Africa pues, para ella era importante desentrañar "la huella profunda y viva que dejaron en la isla"; sus investigaciones vieron la luz en centenares de obras, ensayos científicos, tratados de antropología y cuentos del folklore de los negros criollos. "Refranes de negros viejos" (1955), "Otán Iyebiyé, las piedras preciosas"(1970), "Ayapá: cuentos de Jicotea"(1971), "Cuentos para adultos, niños y retrasados mentales" (1983), "La lengua sagrada de los ñáñigos" (1988), etc.
Lydia Cabrera falleció en Miami, en 1991 a los 92 años de edad. Gran etnóloga cubana, estudiosa en profundidad de la cultura afrocubana está consagrada como la pionera y la más alta autoridad de esos temas.
Fuentes y Bibliografía
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