Louise era hija de un fabricante judío de sombreros de paja y fieltro. Después de terminar su educación secundaria, Louise asistió a la Universidad de Bonn y de Berlín, donde se graduó de Historiadora de Arte, Arqueología e Historia. Inteligente y segura de sí misma fue la primera mujer en 1917 que recibió su doctorado en historia del arte en Alemania. Obtuvo un trabajo como asistente científica en el destacado Museo Wallraf Richartz de Colonia y, tras la muerte del director se convirtió en jefa del museo.
En 1918, poco antes de terminar la Primera Guerra Mundial, Louise se casó con el pintor y escultor Max Ernst (1891-1976), que había conocido años antes en la Universidad de Bonn, a pesar de la fuerte oposición de las dos familias (una judía y la otra católica). La pareja tuvo un hijo Hans-Ulrich nacido en 1920, apodado Jimmy Ernst.
Su casa pronto se convirtió en el centro del movimiento artístico y literario Dada; Louise vivía a la sombra de su marido, dejó sus gustos personales, sus amistades y hasta leía los libros que su esposo le aconsejaba. Ella era la musa de los dadaístas y surrealistas, la única mujer del círculo de artistas en Colonia; contribuyó activamente en la formación del dadaísmo y a la evolución artística de su marido del expresionismo al dadaísmo. Este movimiento, nacido en Suiza en 1916, desafió todo el arte conocido rechazando la sociedad de su tiempo y sus valores: convirtió las formas de arte tradicionales en una exageración satírica. Estaban en contra de la sociedad burguesa, la autoridad política y la iglesia.
Debido a las dificultades económicas Louise tuvo una variedad de trabajos, desde vender medias en grandes almacenes hasta escribir críticas artísticas y teatrales con un éxito creciente y logró un lugar en el periodismo cultural de la República de Weimar. La República de Weimar fue el régimen político en Alemania durante 1918 a 1933, tras la derrota del país en la Primera Guerra Mundial.
En 1922 Max Ernst abandonó a su mujer e hijo y se mudó a París, para ampliar sus horizontes artísticos; allí vivió con el escritor Paul Éluard (1895-1952) y su esposa Gala (1894-1982) en un triángulo amoroso. Finalmente en 1926 Louise y Max se divorciaron.
Tras la dolorosa separación, Louise tuvo que afrontar el ostracismo social y criar sola a su hijo. Lou Ernst – como se hacía llamar – tomó varios trabajos: valiente y decidida hizo un catálogo de una colección privada de porcelana de China, fue contadora en una fábrica de bordados, dio cursos de historia del arte, conferencias para instituciones culturales y trabajó como curadora del museo. Con gran talento fortaleció su reputación como crítica de arte: publicó varios artículos sobre arte en revistas culturales, fue reportera de arte para distintos museos y aceptada como miembro de la “Asociación de Prensa Extranjera”. Louise estuvo comprometida con los desfavorecidos, el antisemitismo y especialmente ayudaba a las mujeres artistas en Colonia.
En 1933 al asumir Adolf Hitler (1889-1945) como canciller, Louise emigró a París; Jimmy Ernst de 13 años, vivió un tiempo con su abuelo Jacob Straus (1859-1936) ya que su abuela Charlotte había fallecido (1871-1919). En Paris le fue difícil obtener trabajo: cuidaba niños y llevaba contabilidad, actividades muy lejos de sus aspiraciones artísticas. Muchas de sus devastadoras experiencias fueron volcadas en sus textos redactados para la prensa alemana en el exilio en idioma alemán “Pariser Tageblatt” bajo el nombre de Louise Amelie; también escribió cuentos para periódicos suizos que fueron catalogados como “pequeñas obras maestras”. En 1938 su hijo pudo emigrar a Nueva York y en 1941 lo hizo Max Ernst junto a su tercera esposa.
En 1940 cuando las tropas alemanas invadieron Francia, Louise como muchas mujeres alemanas, fue detenida unos meses en el campo de concentración de Gurs, cerca de la frontera española; tras ser liberada, se refugió en Manosque, en los Alpes al sur de Francia. Allí, entre 1941 y 1942 escribió su autobiografía “Nomadengut”; aunque siguió intentando huir a América, no logró emigrar.
En 1944 llevaron a Louise Straus-Ernst al campo de concentración de Drancy y luego deportada a Auschwitz, donde fue gaseada poco después de su llegada: tenía 51 años.
Destacada historiadora y crítica de arte profesional, gran periodista conocida en toda Europa, después de la Segunda Guerra Mundial quedó en el olvido, sólo se la recuerda como la primera esposa de Max Ernst. En Colonia, su ciudad natal no queda nada que la recuerde. Su hijo Jimmy (muerto en 1984) la reivindica con el libro de memorias “No sólo una naturaleza muerta. Los recuerdos de mi padre Max Ernst”, editado en forma póstuma en 1985. A partir de 1999 con la publicación de su autobiografía “Nomadengut”, por el Museo Sprengel en Hannover se valora su trabajo como artista y figura del movimiento Dada.
1 comentario:
Que vida más dificil, que mujer más luchadora. Que mundo más macista.
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