Breve Biografía de Silvina Ocampo

Nació dentro de una familia aristócrata y sus antepasados fueron dueños de extensas tierras. Fue la menor de seis hijas de Ramona Máxima Aguirre (1866-1935) y Manuel Silvio Ocampo (1860-1930): Victoria (1890-1979), Angélica (1891-1980), Francisca (1894-1967), Rosa (1896-1968), Clara María (1898- 1909) y Silvina.
Todas las niñas recibieron una esmerada educación, con varias institutrices, una francesa y dos inglesas.
En 1908 Silvina viajó por primera vez con su familia a Europa; desde pequeña le gustaba dibujar y escribir poesías. Su infancia fue solitaria, llena de restricciones debido a su alto rango social (no ensuciarse, no andar descalza ni despeinada). Tenía seis años cuando murió su hermana Clara, de once y dependió siempre de quienes la cuidaban y la querían: las niñeras, las planchadoras, los jardineros, además de las institutrices.
Años más tarde estudió diseño, dibujo y pintura en París, llevando una vida independiente y solitaria. A finales de la década de 1920 tomó clases con los pintores Giorgio de Chirico (1888-1978) del movimiento surrealista y Fernand Léger (1881-1955) cubista francés.
Silvina fue una artista plástica y ya de regreso a Buenos Aires, trabajó la pintura junto a Norah Borges, realizando exposiciones, tanto individuales como colectivas.
En 1933 conoció a Adolfo Bioy Casares (1914-1999) nueve años menor que ella y con quien se casó en 1940. Estuvieron juntos más de cincuenta años y les unía su pasión por la literatura; su casa era centro de reunión de hombres y mujeres talentosos, un círculo que desafiaba las convenciones porteñas. Pero en la vida diaria, la relación del matrimonio fue compleja: Adolfo Bioy le fue infiel siempre: pocos años después de casados, fue amante de Elena Garro, esposa de Octavio Paz. De otra amante, nació en 1954 su hija Marta a quien Silvina crió como hija propia. Las aventuras de su marido la hacían sufrir y temía que él la abandonara por otra mujer, en unos versos escribió: "Cruel es la noche y dura cuando aguardo tu vuelta al acecho de un paso... cuando espero que llegues y tardas tanto". Adolfo tuvo otro hijo reconocido recién en 1998, Fabían (1963-2006).
Aunque Silvina nunca dejó de pintar y dibujar, publicó continuamente a lo largo de su vida. Su primer libro de cuentos “Viaje olvidado” apareció en 1937; eran relatos breves sobre sus recuerdos de infancia, y fueron reseñados con severidad y crítica negativa por su hermana Victoria Ocampo: “llenos de imágenes que parecen atacadas de tortícolis”, en la revista Sur. Esta revista literaria fue creada por Victoria en 1931 y allí publicó Silvina sus cuentos, poemas y traducciones.
En 1948 apareció “Autobiografía de Irene”, “La furia y otros cuentos” (1959), “Las invitadas” (1961). Alternando la narrativa con la poesía se publicaron “Enumeración de la patria” (1942) y “Espacios métricos” (1945), “Poemas de amor desesperado" (1949) y “Los nombres" (1953). Colaboró con Jorge Luis Borges y Alfredo Bioy en: “Antología de la literatura fantástica” (1940) y “Antología poética argentina” (1941). En 1946 escribió a cuatro manos con su esposo “Los que aman, odian”, una novela policial.
Además de poemas y cuentos, también fue autora de novelas, obras de teatro y literatura fantástica; se desempeñó como traductora, especialmente de los poetas ingleses y norteamericanos. A partir de la década de 1970 su obra fue más fecunda, aparecieron los poemas “Amarillo celeste”, “Arboles de Buenos Aires”, los cuentos de “Los días de la noche” y una serie de cuentos infantiles “El cofre volante”, “El tobogán” y “La naranja maravillosa”. A través de su creación literaria, en las voces de los niños y de los varios trabajadores domésticos que formaban parte de su niñez, le permitieron rebelarse y desafiar la estética de su época y podía “volverse otra”.
Ha recibido por sus obras varios premios y distinciones: Premio Municipal de Poesía en 1945 y 1953, Premio Municipal de Literatura (1954), Premio Club de los 13 (1988) y Premio Konex –Diploma al Mérito (1984), entre otros.

Silvina escribió casi hasta su muerte, su último libro “Cornelia frente al espejo” apareció en 1988. Silvina Ocampo falleció en diciembre de 1993 a los 90 años; veinte días después (enero de 1994) murió su hija Marta en un accidente de tráfico.
Luego de su muerte su obra ha sido rescatada, reivindicada y estudiada; en los últimos años se han publicado algunas obras inéditas: “Las repeticiones y otros cuentos” (2006) y “Ejércitos de la oscuridad” (2008). Actualmente Silvina Ocampo está considerada una de las mujeres más valiosas de la cultura y literatura argentinas del siglo XX.