Breve Biografía de Silvina Ocampo
Silvina Inocencia Ocampo Aguirre nació en Buenos Aires en 1903. Escritora de novelas, cuentos, literatura fantástica y poeta argentina.
Nació dentro de una familia aristócrata y sus antepasados fueron dueños de extensas tierras. Fue la menor de seis hijas de Ramona Máxima Aguirre (1866-1935) y Manuel Silvio Ocampo (1860-1930): Victoria (1890-1979), Angélica (1891-1980), Francisca (1894-1967), Rosa (1896-1968), Clara María (1898- 1909) y Silvina.
Todas las niñas recibieron una esmerada educación, con varias institutrices, una francesa y dos inglesas.
En 1908 Silvina viajó por primera vez con su familia a Europa; desde pequeña le gustaba dibujar y escribir poesías. Su infancia fue solitaria, llena de restricciones debido a su alto rango social (no ensuciarse, no andar descalza ni despeinada). Tenía seis años cuando murió su hermana Clara, de once y dependió siempre de quienes la cuidaban y la querían: las niñeras, las planchadoras, los jardineros, además de las institutrices.
Años más tarde estudió diseño, dibujo y pintura en París, llevando una vida independiente y solitaria. A finales de la década de 1920 tomó clases con los pintores Giorgio de Chirico (1888-1978) del movimiento surrealista y Fernand Léger (1881-1955) cubista francés.
Silvina fue una artista plástica y ya de regreso a Buenos Aires, trabajó la pintura junto a Norah Borges, realizando exposiciones, tanto individuales como colectivas.
En 1933 conoció a Adolfo Bioy Casares (1914-1999) nueve años menor que ella y con quien se casó en 1940. Estuvieron juntos más de cincuenta años y les unía su pasión por la literatura; su casa era centro de reunión de hombres y mujeres talentosos, un círculo que desafiaba las convenciones porteñas. Pero en la vida diaria, la relación del matrimonio fue compleja: Adolfo Bioy le fue infiel siempre: pocos años después de casados, fue amante de Elena Garro, esposa de Octavio Paz. De otra amante, nació en 1954 su hija Marta a quien Silvina crió como hija propia. Las aventuras de su marido la hacían sufrir y temía que él la abandonara por otra mujer, en unos versos escribió: "Cruel es la noche y dura cuando aguardo tu vuelta al acecho de un paso... cuando espero que llegues y tardas tanto". Adolfo tuvo otro hijo reconocido recién en 1998, Fabían (1963-2006).
Aunque Silvina nunca dejó de pintar y dibujar, publicó continuamente a lo largo de su vida. Su primer libro de cuentos “Viaje olvidado” apareció en 1937; eran relatos breves sobre sus recuerdos de infancia, y fueron reseñados con severidad y crítica negativa por su hermana Victoria Ocampo: “llenos de imágenes que parecen atacadas de tortícolis”, en la revista Sur. Esta revista literaria fue creada por Victoria en 1931 y allí publicó Silvina sus cuentos, poemas y traducciones.
En 1948 apareció “Autobiografía de Irene”, “La furia y otros cuentos” (1959), “Las invitadas” (1961). Alternando la narrativa con la poesía se publicaron “Enumeración de la patria” (1942) y “Espacios métricos” (1945), “Poemas de amor desesperado" (1949) y “Los nombres" (1953). Colaboró con Jorge Luis Borges y Alfredo Bioy en: “Antología de la literatura fantástica” (1940) y “Antología poética argentina” (1941). En 1946 escribió a cuatro manos con su esposo “Los que aman, odian”, una novela policial.
Además de poemas y cuentos, también fue autora de novelas, obras de teatro y literatura fantástica; se desempeñó como traductora, especialmente de los poetas ingleses y norteamericanos. A partir de la década de 1970 su obra fue más fecunda, aparecieron los poemas “Amarillo celeste”, “Arboles de Buenos Aires”, los cuentos de “Los días de la noche” y una serie de cuentos infantiles “El cofre volante”, “El tobogán” y “La naranja maravillosa”. A través de su creación literaria, en las voces de los niños y de los varios trabajadores domésticos que formaban parte de su niñez, le permitieron rebelarse y desafiar la estética de su época y podía “volverse otra”.
Ha recibido por sus obras varios premios y distinciones: Premio Municipal de Poesía en 1945 y 1953, Premio Municipal de Literatura (1954), Premio Club de los 13 (1988) y Premio Konex –Diploma al Mérito (1984), entre otros.
A pesar de los premios, durante la mayor parte de su carrera, la crítica argentina no reconoció los méritos de su obra y fue menospreciada. Silvina
fue una mujer tímida, que se negaba a dar entrevistas ni gustaba de los homenajes; siempre vivió a la sombra de su esposo Bioy Casares y de su amigo Jorge L. Borges y en parte fue opacada por el éxito literario y el brillo social de su hermana Victoria Ocampo.
Silvina escribió casi hasta su muerte, su último libro “Cornelia frente al espejo” apareció en 1988. Silvina Ocampo falleció en diciembre de 1993 a los 90 años; veinte días después (enero de 1994) murió su hija Marta en un accidente de tráfico.
Luego de su muerte su obra ha sido rescatada, reivindicada y estudiada; en los últimos años se han publicado algunas obras inéditas: “Las repeticiones y otros cuentos” (2006) y “Ejércitos de la oscuridad” (2008). Actualmente Silvina Ocampo está considerada una de las mujeres más valiosas de la cultura y literatura argentinas del siglo XX.
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