Juana Azurduy nació en 1780 en la Provincia de Chayanta, departamento de Potosí. Guerrillera y heroína del Alto Perú (hoy Bolivia), de las luchas por la emancipación latinoamericana.
De ascendencia mestiza, quedó huérfana muy niña y pasó varios años en el convento de Santa Teresa de Chuquisaca. Hablaba el castellano, quechua y aymara. En 1805 Juana se casó con Manuel Padilla y en 1809 los dos se unieron a la Revolución de Chuquisaca, y al mando de Manuel Belgrano, enviado de Buenos Aires, combatieron a las realistas (defendían la monarquía española) y defendieron las zonas de Chuquisaca y las selvas de Santa Cruz de la Sierra.
Tras la derrota del Ejército del Norte, los realistas confiscaron las propiedades de los Padilla y Juana fue apresada. Su esposo logró rescatarla; se incorporaron al ejército libertador de Manuel Belgrano, y volvieron a las acciones guerrilleras, reclutando y organizando a los milicianos: indígenas, mestizos, criollos. Armados con hondas, lanzas, boleadoras, con coraje y fiereza luchaban por la libertad, por la justicia y contra la opresión del ejército español.
Juana comenzó a destacarse como valerosa luchadora, y en 1816 fue ella quien lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí: con audacia y valentía, arrebató la bandera al jefe de las fuerzas enemigas y dirigió la ocupación. Por esta acción el gobierno de Buenos Aires le otorgó el rango de teniente coronel de las milicias. El general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.
Tras el asesinato de Padilla en noviembre de 1816, Juana intentó reorganizar la tropa, pero acosada por el enemigo, perdió la colaboración de Buenos Aires; viajó a Salta, para seguir combatiendo junto a las tropas del militar argentino Güemes. A la muerte de éste en 1821, pasó varios años en Salta, solicitando sus bienes confiscados para poder regresar a su ciudad natal. En 1825 ya Bolivia independiente, el mariscal Sucre, nombrado presidente vitalicio, otorgó a Juana una pensión que le fue retirada en 1857 bajo el gobierno de Linares.
El Libertador Bólivar la visitó en Sucre, para reconocerle sus sacrificios por la libertad y le otorgó el grado de Coronel. Juana Azurduy, aguerrida luchadora, intrépida y tenaz, símbolo de la independencia latinoamericana, murió indigente y olvidada en Sucre en 1862, a los 82 años y enterrada en una fosa común.
Cien años después de su muerte, sus restos fueron exhumados y guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.
En este mes de noviembre de 2009, Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales Ayma, presidentes de Argentina y de Bolivia respectivamente, ascendieron en forma póstuma, a la luchadora de la independencia en la zona del Alto Perú, Juana Azurduy, al grado de Generala del Ejército.
Fuentes y Bibliografía
1 comentario:
Eterna entre los luchadores revolucionarios de los pueblos libres Importante se debe difundir mas la importancia de que jugaron los paisanos cuando era toda una región y no como ahora que hacen comentarios pedorros sobre los inmigrantes El tabano
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