Margaret Sanger nació en Corning, Nueva York, en 1879. Fundadora del movimiento del control de la natalidad.
Cursó estudios de enfermería en Nueva York. El ejemplo de su madre, que tuvo 18 embarazos y 11 hijos y el de las mujeres de los barrios más pobres de Nueva York, que veía diariamente en su trabajo de enfermera de salud pública, hicieron que se interesara en los escritos de Ellen Key (1849-1926), una pedagoga y feminista sueca autora del libro El Movimiento Feminista. Tomó de ella sus ideas sobre el matrimonio y la condición femenina, pero formando sus propias opiniones.
Margaret promovió la necesidad de métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados: con ese fin fundó una revista La Mujer rebelde, a favor de la contraconcepción. Viajó a Londres donde conoció al psicólogo y eugenista Haverlock Ellis (1859-1939), un activista social co-presidente de la Liga Mundial para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas. Margaret estudió sus teorías y técnicas de control de natalidad inglesas, las asumió como propias y en 1917 abrió la primera clínica de planificación familiar, en Brooklyn, la que fue rápidamente clausurada por las autoridades.
Fue la principal organizadora del Primer Congreso Mundial de la población, realizado en Ginebra en 1927; años después surgiría la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población. Creó la Federación de Paternidad Planificada de los Estados Unidos en 1942, donde distribuía anticonceptivos y promocionaba métodos de control natal.
Margaret escribió varios artículos y libros sobre el control de la natalidad y el matrimonio: "La Mujer y la Nueva Raza"(1920), "Un plan para la paz" (1932) entre otros. Con perseverancia y una firme conviccion viajó a muchos países de Europa, Africa y Asia, dando conferencias y ayudando a establecer clínicas.
Feminista y audaz luchadora defendió el "sexo libre de concepción" para la mujer, y atacó duramente a la religión cristiana, acusándola de oscurantismo. Fue muy tenaz en sus acciones, pero para nada humanista ni solidaria, ya que sus ideas estaban cargadas de racismo: pretendía crear una "raza de sangre pura", controlar el número de recién nacidos, tenía intolerancia hacia los desvalidos y menosprecio por las clases pobres.
Aunque tenía adeptos, fue una figura muy controvertida; tenía detractores feroces en movimientos antiabortista y en sectores religiosos. Margaret promovía la eugenesia negativa: filosofía que limitaba los derechos reproductivos individuales en aras de la salud genérica de futuras generaciones. Argumentaba que la especie se podía mejorar, haciendo desaparecer las razas llamadas inferiores: restricción de la inmigración de ciertos extranjeros, la segregación racial y esterilización de los retrasados mentales.
Estaba convencida que el control de la natalidad debía ser llevado a cabo por los padres que estuvieran capacitados intelectualmente, no por el Estado. Sólo los débiles mentales debían ser obligados a no propagar su enfermedad y someterse a una esterilización quirúrgica. Lo único para evitar el aborto era prevenir la concepción.
Las fundaciones Ford y Rockefeller financiaron las investigaciones para la fabricación de la píldora anticonceptiva y actualmente dichas fundaciones apoyan el control natal. La píldora anticonceptiva salió al mercado mundial en 1960 y sigue siendo una de las formas de control de la natalidad más efectivas y ampliamente utilizadas. Brinda a las mujeres la posibilidad de regular su fertilidad y por lo tanto de tener un mayor control sobre su cuerpo y su sexualidad.
La Federación Internacional de Planificación Familiar es la más grande del mundo, está en más de 160 países, con el propósito de alcanzar un equilibrio entre población y recursos naturales. Su sede está en Londres, en las mismas oficinas de la Sociedad Eugenista inglesa.
Esta Federación de Planificación Familiar aboga por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, el derecho a decidir y planificar su familia, pero no le impide participar también en políticas coercitivas de algunos gobiernos, al hacer un control demográfico, en nombre de valorar la salud de sus habitantes.
Margaret Sanger murió en 1966, a los 87 años, en Tucson, Arizona.
Fuente y Bibliografía
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