Emma Goldman nació en 1869 en Kaunas, Lituania. Activista y feminista anarquista de origen ruso.
Emma, de origen judío, fue una brillante alumna en primaria, pero su padre, un hombre violento, le negó el permiso para acceder a la enseñanza secundaria. Tras las particiones de Polonia, Lituania formó parte del Imperio Ruso, y luego del asesinato del Zar Alejandro II en 1881, las autoridades reprimieron con severidad la oposición al absolutismo zarista. Emma tenía trece años cuando su familia se trasladó a San Petersburgo.
Al rechazar el casamiento impuesto por su padre, emigró en 1886 a Estados Unidos, donde ingresó a una fábrica textil y se unió al movimiento libertario. Al poco tiempo se mudó a Nueva York y convivió con Alexander Berkman (1870-1936), convirtiéndose en la principal dirigente del moviminto anarquista de Estados Unidos.
Aguda y apasionada oradora, de fuerte convicción, Emma daba conferencias donde denunciaba las injusticias laborales, defendió y fue la instigadora de numerosos paros obreros, luchó por la dignidad humana. Emma fue la primera revolucionaria de su tiempo, que llegó a asumir la defensa de los homosexuales.
Feminista radical, alzó su voz para explicar la opresión que padecían las mujeres, puso énfasis en la emancipación económica de la mujer: pero su libertad, su independencia, debían surgir de ella misma, negándose a engendrar hijos a menos que ella misma los deseara: "... la inferioridad económica y social de las mujeres es la responsable de la prostitución". Fue detenida varias veces, la primera en 1893, luego en 1901 y en 1916, cuando frente a una gran audiencia explicó cómo tenían que ser usados los métodos anticonceptivos y distribuyó un manifiesto en favor de la contracepción. Editó y publicó junto a Berkman desde 1906 a 1917, la revista anarquista mensual Madre Tierra.
Emma hizo públicas sus profundas convicciones pacíficas durante la Primera Guerra Mundial, criticó el conflicto por considerarlo un acto de imperialismo. Fue detenida otra vez en 1917, acusada de conspirar para derrocar el gobierno constitucional y el reclutamiento obligatorio de Estados Unidos. "Ninguna guerra se justifica si no es con el propósito de derrocar el sistema capitalista y establecer el control industrial de la clase trabajadora".
"Emma la Roja" fue expulsada de Estados Unidos en 1920 y deportada a Rusia; junto a Berkman participó en 1921 de la sublevación anarquista de Kronstadt: fue la última rebelión en contra del dominio bolchevique. Ferviente admiradora del régimen soviético en su fase inicial, Emma, con un agudo sentido de la realidad política, no tardó mucho en denunciar a los bolcheviques cuando reprimieron por medio de la fuerza, las revueltas campesinas y obreras. Fue expulsada del país y en 1923 se instaló en Canadá.
En 1931 se editó en Estados Unidos su autobiografía "Viviendo mi vida" donde relató su vida personal y política. Tras la expulsión de Rusia, su compañero Alexander Berkman se trasladó a Francia y estando en París se suicidó en 1936. Emma colaboró con el gobierno español republicano en Londres y Madrid, durante la Guerra Civil española de 1936, pero la derrota de la revolución y de la República Española la deprimieron mucho.
Emma Goldman dedicó su vida a luchar por los derechos de los trabajadores y por la liberación femenina; falleció en Toronto, Canadá, en 1940, pero sus restos están en Chicago, junto a la tumba de los mártires. En su tumba hay un epitafio: "La libertad no descenderá hasta el pueblo, es el pueblo quien debe ascender hacia la libertad".
Fuentes y Bibliografía
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