Graciela del Carmen Huinao Alarcón nació en Osorno, Chile, en 1956. Destacada narradora y poetisa mapuche-huilliche.
Los huilliches son indígenas de Chile, en idioma mapudungun, williche significa “gente del sur”. Graciela nació en Chaurakawin, nombre que los huilliches daban a la actual Osorno; creció escuchando historias de su pueblo a la orilla del fogón: su abuelo materno, al hacer el servicio militar, fue despojado de su apellido Chaura y le pusieron Juan Alarcón; a su padre en la escuela, si le oían hablar en mapudungun, le pegaban en las manos, por no hablar la lengua “celestial”: el castellano.
Al comenzar la escuela, en 1962, Graciela sufrió el rechazo de sus compañeros, porque la llamaban “india”; su padre le explicó la diferencia entre ser chilena y ser mapuche, y por eso nunca le enseñó a hablar el mapudungun, como una forma de evitar la discriminación. A los trece años perdió a su madre y en 1977 falleció su padre.
Tuvo que dejar atrás su hogar y emigrar hacia Santiago, donde trabajó como nana. Varios años de trabajo y tristeza, mientras escribía poemas.
La fuerte discriminación en Chile, por ser mujer, pobre y mapuche, hizo que sus poemas fueran editados con anterioridad en Estados Unidos. En 1989 publicó el primero “La Loika”, donde cuenta cómo el pájaro debe buscar otras tierras donde cantar y poder comer: hace referencia al pueblo mapuche que fue despojado de su tierra y sus tradiciones: “Nunca fuimos el pueblo señalado pero nos matan en señal de la cruz”.
Estudió su lengua madre, el mapudungun con la profesora y lingüista Clara Antinao quien además, hizo las traducciones de sus poemas. En 2001 apareció su primer libro “Walinto” (lugar de patos), el nombre de su comunidad indígena, un poemario bilingüe en español y mapudungun; es la lucha reivindicativa de su pueblo mapuche. Estos poemas comenzaron a aparecer en diarios y revistas literarias. Como escritora y recopiladora de relatos ha escrito otros libros como “La nieta del Brujo” (2003), “Desde el fogón de una casa de putas williche” y la antología “Hilando en la memoria: siete mujeres poetas mapuches”.
Por su trabajo literario ha sido invitada a varios países a dar talleres y conferencias: Estados Unidos, Paraguay, Ecuador, Brasil, México, Polonia y China. En 2008 se reeditó su libro “Walinto” trilingüe: español-mapudungun-inglés. En su obra aparece los recuerdos de infancia, la desolación, la pobreza, el calor del fogón, historias de animales, una memoria construida a partir de la transmisión oral, de las vivencias de su pueblo y sus antepasados.
En 2014 Graciela se convirtió en la primera mujer indígena en ser miembro de la Academia Chilena de la Lengua, en sus 135 años de existencia. “A ningún chileno se lo obliga a ser mapuche, en cambio, a nosotros, desde que nacemos nos obligan a tener una ciudadanía que no nos pertenece. Pienso que es el peor atropello a la identidad, pero yo sé que nací y voy a morir mapuche”. Como en la educación tradicional chilena no está planteado el tema cultural de los pueblos ancestrales, Graciela luchará dentro de la Academia para que se conozcan las artes, la revitalización lingüística indígena, la justicia, la equidad y el respeto.
Graciela invoca a las mujeres de su pueblo, sus abuelas, ya que el espíritu de todas ellas anida en la poetisa: son el pilar de su memoria. Su libro inspirado en su abuela, una narración en prosa, lleva por título “Katrilef, vida de una mujer williche”.
Junto a varios escritores chilenos, Graciela fue invitada en 2015 a la VIII Feria Internacional del Libro en Quito, Ecuador, donde disertó sobre “Arte y cultura de pueblos originarios”.
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