Breve Biografía de Isabel de los Ángeles Ruano
Isabel de los Ángeles Ruano nació en 1945 en Chiquimula, Guatemala. Escritora, poeta, educadora y periodista guatemalteca.
Siendo muy pequeña, sus padres se trasladaron a México donde vivieron hasta 1957. De regreso a Chiquimula, Isabel ingresó al Instituto Normal de Señoritas de Oriente (INSO); fue una brillante estudiante, tenía gran conocimiento de obras literarias y escritores importantes. Contagiaba su alegría, entusiasmo y liderazgo, formaba parte de la redacción del periódico del INSO, Vanguardia Estudiantil.
Isabel frecuentaba las tertulias literarias de jóvenes, asistía a conciertos y a teatros, también a las manifestaciones estudiantiles de marzo y abril de 1962.
Estas gestas populares formaban parte de un proceso histórico que desde el Golpe de Estado en 1954 propiciado por la CIA y el gobierno de los EEUU, sumieron a la población a una serie de sangrientas dictaduras que se prolongaron hasta finales del siglo XX.
Los guatemaltecos estuvieron sumergidos en un régimen de represión y pobreza extrema.
En 1964, a los dieciocho años, Isabel se graduó de maestra de educación primaria; tras graduarse trabajó como periodista para el Diario de Centro América, en radio y en periódicos locales.
Comenzó su carrera literaria en 1966, publicando en México su primer libro de poemas “Cariátides”. Isabel siguió perfeccionándose y en 1978 se graduó de Profesora de Enseñanza Media de la USAC (Universidad de San Carlos de Guatemala) y concluyó la Licenciatura en Lengua y Literatura. Impartió clases en el Instituto Normal de Señoritas “Centro América” (INCA). Un año más tarde obtuvo el importante Premio Internacional de Poesía de la Fundación Givré en Buenos Aires, Argentina.
A finales de la década de 1980 publicó “Canto de amor a la ciudad de Guatemala” y “Torres y tatuajes”; con gran vocación poética, en su obra vemos una profunda fuerza expresiva, unida a una melancolía desgarradora. Con sencillez y una mirada interna, explora las condiciones humanas de soledad, amor, muerte y miedo. Habla de lo efímero del amor, de sus sombras, de sus promesas y despedidas, de búsquedas, rupturas y desencantos.
Esta poetisa, que al mismo tiempo que nos habla en sus versos de angustia y ternura: “cada dolor es una nueva llaga/en cada instante hay una herida…”, comenzó a padecer trastornos mentales. Isabel cuando tenía poco más de cuarenta años, abandonó los ambientes literarios, taciturna y desconfiada, alejada de la realidad, empezó a vestirse con ropas masculinas, con traje holgado, corbata y botas.
Deambula por la capital, en las calles del Centro Histórico, como vendedora ambulante, vendiendo lociones, desodorantes, poemas sueltos, incluso sus libros. A pesar de ello, Isabel no ha dejado de escribir: “Los del viento” (1999), “Café express” (2001). Por esta obra recibió el Premio Nacional de Literatura. En 2006 apareció “Versos dorados”.
Aunque muchas veces la llaman la “loca” y la “mujer varón” a Isabel le interesa vender sus poemas que siempre lleva en su maleta: “Agradezco que quieran leer mi obra, pero prefiero que me compren directamente los libros, hasta dedicatoria les agrego”.
Isabel de los Ángeles Ruano nunca critica a nadie, al hablar de sus poemas u otros autores su mirada se ilumina y habla con gran lucidez. Reconocida como una de las poetas vivas más importante de Guatemala, hoy a los setenta y cinco años vive en la indigencia, en soledad, sin agua ni luz, sin comida ni medicamentos, igual que su poema “Mendigaré”: “En nombre de mis versos, mendigaré para dejar regada la canción/ y hacer que mis palabras/ sean un arco iris de mi ser ante ustedes”.
En este mes de junio de 2020 se ha presentado una iniciativa para que el Estado le otorgue una pensión vitalicia.
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