Juana de Ibarbourou - Poetisa uruguaya nacida en 1892, en la ciudad de Melo, departamento de Cerro Largo.
Juana Fernández Morales, no vivió una infancia feliz, ya que su padre Vicente Fernández tenía dos hogares simultáneos: a pocas cuadras de su casa, convivía con otra mujer y tenía dos hijos. En 1912 a los 20 años, se casó con el capitán del Ejército Lucas de Ibarbourou (1879-1942) y dos años más tarde nació su único hijo Julio César (1914-1988).
Se trasladó a Montevideo en 1918 y en los siguientes años empezaron a publicarse sus poemarios, adoptó el apellido de su esposo para firmar sus obras:: "Lenguas de diamante" (1919), "El cántaro fresco" (1920) y "Raíz salvaje" (1922), todos ellos marcados por el modernismo, expresan una sensualidad sana, una exaltación sentimental de la humanidad, frescura, entusiasmo, gozo de la vida, espontaneidad, con imágenes de belleza de la naturaleza. El éxito fue rotundo, su prestigio crecía junto a los contratos para publicar sus libros, tanto en Montevideo, como en editoriales del exterior.
En 1929 fue proclamada "Juana de América", homenaje sin precedentes en el continente; la ceremonia se realizó en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, y estuvo presidida por el poeta uruguayo Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931). Asistieron intelectuales reconocidos, estudiantes de la Universidad y público en general. En Uruguay se vivía uno de los momentos de mayor pujanza económica y desarrollo cultural. Sus profesionales y artistas eran reconocidos por toda Europa.
Poco a poco los libros de Juana inician un cambio hacia el tema místico: "Estampas de la Biblia", "Loores de Nuestra Señora e Invocación a San Isidro", editados en 1934. En 1944 apareció su libro "Chico Carlo", donde recreó el paisaje de su niñez, un pueblo de campaña verídico, con una melancolía suave y felicidad humilde; este libro se ha convertido en el más leído de la autora y fue incluído como libro de lectura en las escuelas uruguayas.
Poco a poco los libros de Juana inician un cambio hacia el tema místico: "Estampas de la Biblia", "Loores de Nuestra Señora e Invocación a San Isidro", editados en 1934. En 1944 apareció su libro "Chico Carlo", donde recreó el paisaje de su niñez, un pueblo de campaña verídico, con una melancolía suave y felicidad humilde; este libro se ha convertido en el más leído de la autora y fue incluído como libro de lectura en las escuelas uruguayas.
Detrás de los éxitos literarios, su vida personal estuvo marcada por el dolor, la angustia y la soledad. Padeció en silencio la violencia de su marido y de su hijo, además de penurias materiales.
Juana fue audaz y transgresora a las normas de la sociedad de su tiempo, al mantener amistad con sus colegas hombres: su casa era el lugar de encuentro, de tertulias, de destacadas figuras de las letras uruguayas. En la década de 1950 se publicaron sus libros "Perdida", "Azor", "Obras Completas" y "Romance del destino". A través de toda su obra poética, Juana fue fiel a ciertos temas: el ansia de libertad, como deseo de vida natural y de viajar, de cortar amarras, el tema de la vida doméstica, el amor, la angustia de la soledad, la fugacidad de la vida.
Ocupó la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores en 1950; fue designada "Mujer de las Américas 1953" por la Unión de Mujeres Americanas de Nueva York; en 1954 Juana recibió un gran homenaje, por segunda vez en el Palacio Legislativo, con motivo de la VII Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), donde fue ovacionada por los ministros de cultura de setenta y dos países. Mantuvo durante toda su vida una amistad incondicional con Esther de Cáceres y su marido Alfredo Cáceres.
Ha obtenido numerosas condecoraciones: la Medalla de Oro de Francisco Pizarro y la Orden del Sol, de Perú; la Orden de Cóndor de los Andes, de Bolivia; de Suiza, la Orden Universal al Mérito Humano; de Bélgica, la Cruz del Comendador. En 1959 Juana obtuvo el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado ese año por primera vez. Sus libros fueron traducidos al francés, inglés y hebreo.
Considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana, Juana de Ibarbourou falleció en Montevideo, a los 87 años, en el año 1979.
Fuentes y Bibliografía
1 comentario:
Bonito blog ! Dejo un link que puede interesar, por su relación con el tema MUJERES: Mujeres en las estampillas de Uruguay: http://uruguayensussellos.blogspot.com/search/label/Mujeres
Feliz 2012.
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