Frieda Cobb nació en 1889 en Australia, el mismo año en que su familia se instaló en ese país. Genetista norteamericana.
Su padre, un naturalista norteamericano, se dedicaba a investigaciones científicas en los campos de patología vegetal y sistemática de los gusanos nematodos. Estos son gusanos parásitos que producen enfermedades en plantas y animales, incluídos los seres humanos.
Cuando Frieda tenía 15 años, su familia decidió volver a Estados Unidos, donde siguió ayudando a su padre en el laboratorio a estudiar las enfermedades de la caña de azúcar. En 1909, instalados en Washington, Frieda comenzó estudios de botánica y zoología; años más tarde, en Massachusetts, realizó sus propias investigaciones sobre nematodos marinos en el Laboratorio de Biología Marina.
Durante años estuvo trabajando e investigando en Ann Arbor, Michigan, con el profesor Bartlett, en un jardín botánico, como directora asistente. Los dos profesores realizaron cultivos de distintas especies para estudios genéticos, haciendo mutaciones de las semillas. Juntos presentaron un trabajo sobre herencia mendeliana y mutaciones en la Sociedad Botánica de América. A partir de allí, Frieda se encargó sola de estas plantas, mientras el profesor Bartlett se ocupaba de otros intereses.
En su tesis doctoral en 1921 Frieda demostró dos cuestiones de gran interés: la existencia de factores genéticos diferentes en los gametos masculinos y femeninos de las plantas y la existencia de mutaciones ocultas por la acción de otros genes.
En 1922 se casó con Frank Blanchard, un zoólogo con quien trabajaba en Ann Arbor. Blanchard, especialista en herpetología, recolectaba especímenes de reptiles e insectos para estudiarlos y Frieda colaboraba y se apoyaban mutuamente; dibujaba e ilustraba los artículos que publicaba su esposo sobre serpientes y anfibios. Durante años criaron serpientes en el jardín botánico y realizaron cruzamientos, en los que Frieda demostraría la herencia mendeliana y Frank describiría la historia y hábitos de cría de la especie.
Presentaron un trabajo en la Sociedad Americana de Ictiología y Herpetología y tras la muerte de su esposo en 1937, Frieda proporcionó a otros herpetólogos los trabajos que habían hecho juntos, aunque ella continuó con la cría de serpientes. Siguió publicando artículos sobre la misma serpiente, pero ponía el nombre de su marido en primer lugar, a pesar de que ya había fallecido.
Frieda Cobb fue ayudante y colaboradora de tres renombrados científicos: su padre Nathan Cobb; el director de la Universidad de Michigan y con quien hizo su doctorado: el Profesor Bartlett y su esposo Franck Blanchard. Además siguió realizando y publicando sus propias investigaciones sobre herencia mendeliana y mutaciones en plantas y reptiles hasta 1956.
El ejemplo de esta gran científica, dedicada y perseverante, influyó en la educación de sus hijos, que también se dedicaron al estudio de la biología y geología. Frieda Cobb falleció en 1977.
Fuentes y Bibliografía
En 1922 se casó con Frank Blanchard, un zoólogo con quien trabajaba en Ann Arbor. Blanchard, especialista en herpetología, recolectaba especímenes de reptiles e insectos para estudiarlos y Frieda colaboraba y se apoyaban mutuamente; dibujaba e ilustraba los artículos que publicaba su esposo sobre serpientes y anfibios. Durante años criaron serpientes en el jardín botánico y realizaron cruzamientos, en los que Frieda demostraría la herencia mendeliana y Frank describiría la historia y hábitos de cría de la especie.
Presentaron un trabajo en la Sociedad Americana de Ictiología y Herpetología y tras la muerte de su esposo en 1937, Frieda proporcionó a otros herpetólogos los trabajos que habían hecho juntos, aunque ella continuó con la cría de serpientes. Siguió publicando artículos sobre la misma serpiente, pero ponía el nombre de su marido en primer lugar, a pesar de que ya había fallecido.
Frieda Cobb fue ayudante y colaboradora de tres renombrados científicos: su padre Nathan Cobb; el director de la Universidad de Michigan y con quien hizo su doctorado: el Profesor Bartlett y su esposo Franck Blanchard. Además siguió realizando y publicando sus propias investigaciones sobre herencia mendeliana y mutaciones en plantas y reptiles hasta 1956.
El ejemplo de esta gran científica, dedicada y perseverante, influyó en la educación de sus hijos, que también se dedicaron al estudio de la biología y geología. Frieda Cobb falleció en 1977.
Fuentes y Bibliografía
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