Marianne North nació en Sussex, al sur de Inglaterra, en 1830. Viajera, naturalista, dibujante y pintora británica.
Nacida en una prestigiosa familia, desde pequeña reveló un gran talento hacia el dibujo, pintando flores y plantas; recibió lecciones desde 1847 a 1850 de la pintora de flores Valentine Bartholomew (1799-1879). Tras la muerte de su madre en 1855, Marianne se trasladó a Londres con su padre, un terrateniente y político, diputado del Parlamento. Acompañó a su padre en varios viajes de negocios por diferentes países de Europa y de Oriente Medio (Siria y Egipto) realizando muchos dibujos de paisajes y de la flora.
La época victoriana se caracterizaba por ser una sociedad rígida y conservadora, donde la mujer debía permanecer en el ambiente hogareño; pero muchas “ladies” de la clase alta, no se resignaban a ese rol impuesto: gracias a una buena posición económica, con decisión y espíritu aventurero y el anhelo de conocer nuevas tierras viajaban tanto a las colonias británicas como a otros remotos países.
Marianne, transgresora, valiente e independiente, dedicó su vida a hacer lo que más le gustaba: dibujar y viajar. Después de la muerte de su padre en 1869, comenzó sola un peregrinaje alrededor del mundo que se inició en 1871; a sus 41 años viajó a América, Asia, Africa y Australia. En todos esos lugares supo captar en sus lienzos una gran variedad de plantas, flores, animales y paisajes.
Durante casi quince años desde 1871 a 1885, descubrió y pintó con lujo de detalles numerosas especies de plantas; no sólo la flor o el árbol, dibujaba todo el ecosistema: los cerezos en flor en Japón, las rosas, geranios y naranjos de Tenerife, las plantaciones de tabaco y té de Borneo y Java, las frondosas vegetaciones y la exuberancia de las palmeras tropicales, la zoología, la cordillera de Nahuelbuta en Chile.
Viajera intrépida y curiosa, artista especializada en pinturas sobre la naturaleza, la obra de Marianne es de gran valor científico, pues nos dejó a través de sus dibujos muchas especies, con sus nombres y todos sus colores, algunas, hoy extinguidas por la acción del hombre. Dejó también constancia por escrito de sus impresiones, de los lugares, de las personas que conoció y algunos comentarios críticos. A lo largo de su vida sufrío algunas enfermedades, según los lugares que visitaba, pero nada se interpuso entre ella y su interés por la naturaleza.
En 1877 se embarcó rumbo a la India, donde visitó varios lugares, llegando hasta el Himalaya: pintó plantas sagradas de la literatura y la religión de ese país. En 1879 ofreció sus pinturas a los Jardines Botánicos en Kew a cambio de que fueran expuestas en una galería especial.
Por consejo del naturalista Charles Darwin (1809-1882) gran amigo de la familia North, Marianne viajó a Australia, Tasmania y Nueva Zelandia entre 1880-1881 para pintar su vegetación. En 1882 la galería Marianne North se abrió al público, vendiendo las 2000 copias del catálogo botánico, realizado por ella misma. Le quedaba por recorrer Africa, y para allí partió ese mismo año, luego las islas Seychelles y por último Chile, en 1884 para pintar la araucaria. Este sería su último viaje.
En 1886 se retiró en su casa de Alderley, Gloucestershire, donde recibía a muchos botánicos y personas de cultura que compartían el mismo amor por las plantas. Marianne North murió en 1890. Tras su muerte, su hermana publicó sus diarios de viaje con el título “Recuerdos de una vida feliz”.
Fuentes y Bibliografía
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