Breve Biografía de Alma Reville
Alma Lucy Reville nació en 1899 en Nottingham, Reino Unido. Actriz de cine, guionista, asistente de dirección y montaje y editora de películas.
Era hija de Matthew Edward Reville y Lucy Owen, de religión protestante; en 1914 se trasladaron a Londres donde Matthew trabajó como ayudante de vestuario en Twickenham, una de las primeras compañías cinematográficas de la capital. Después del colegio, Alma iba a la compañía a ver trabajar a los actores. Poco después, a los dieciséis años, ella trabajó en la “sala de corte” donde ayudaba a los directores a editar las películas. Con dedicación, pronto se convirtió en una experta guionista y montadora.
En 1921, Alma estaba trabajando para Famous Players-Lasky (más tarde Paramount), en Londres cuando conoció a Alfred Hitchcock (1899-1980). Aunque ambos tenían veintidós años, Alma ya tenía varios años de experiencia como editora en la imagen muda y Alfred era diseñador gráfico, poco después se convirtió en editor de arte. Unos años más tarde, en 1925 Alfred debutó como director en El jardín de la alegría y Alma como asistente de dirección.
Alma se convirtió al catolicismo antes de casarse en 1926 con Alfred. Trabajó en varias películas como coeditora y guionista con varios directores, entre ellos Berthold Viertel (1885-1953) y Maurice Elvey (1887- 1967) y aunque su deseo era convertirse en directora, el nacimiento de su única hija Patricia en 1928, y el posterior traslado a los Estados Unidos en 1939, cambió sus planes.
Inteligente y de enorme personalidad, Alma relegó sus deseos y puso toda su experiencia y talento en las producciones de su esposo: escribió la mayoría de los guiones, editaba, hacía doblaje de voces y revisaba los diálogos y el montaje, formando así una sociedad que duró más de cinco décadas. Siempre estuvo por detrás de su marido, aunque tomaba decisiones importantes, casi nunca aparecía su nombre: de las casi cincuenta películas que dirigió Hitchcock, sólo firmó los créditos de dieciséis, con su nombre de soltera, Alma Reville.
Hitchcock era reconocido como el más grande cineasta británico, el maestro del suspenso, pero su glotonería y el alcoholismo hacían difícil su carácter: era un narcisista, petulante, que le gustaba ser una celebridad, además le fue infiel con las actrices rubias: con todo esto tuvo que lidiar la creativa, profesional y comprensiva Alma en su relación matrimonial.
Sólo en 1979, cuando Hitchcock recibió el premio a su trayectoria del American Film Institute reconoció públicamente su valiosa colaboración: “Pido permiso para mencionar por su nombre únicamente a cuatro personas que me han dado todo su cariño, su reconocimiento y su constante colaboración. La primera es una editora de películas, la segunda es una guionista, la tercera es la madre de mi hija Pat, y la cuarta es la cocinera más excelente que ha realizado milagros en una cocina doméstica y el nombre de las cuatro es Alma Reville. Quiero compartir este premio, como he compartido mi vida, con ella”.
Alfred Hitchcock falleció en 1980, Alma Reville dos años más tarde, a los 82 años, en Los Ángeles, Estados Unidos. En 2003 su hija Patricia Hitchcock O´Connell le dedicó a su madre el libro “Alma Hitchcock: la mujer tras del hombre” dando a conocer la enorme importancia que tuvo en la obra de su padre.
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