Angelina Vidal nació en 1853 en Lisboa. Periodista, profesora y escritora portuguesa.
Nació en una familia de clase media burguesa, aunque de su infancia poco se sabe; su padre, músico y compositor, falleció cuando Angelina era una niña. Es probable que haya estudiado francés y música de piano, ya que como profesora de secundaria, ella impartía esos cursos. Trabajó también como periodista y traductora en varios periódicos, iniciando así su lucha social, a través de sus artículos e involucrándose en la lucha política.
En 1872 se casó con el médico Luis Augusto de Campos Vidal, hijo de un liberal masón. Alrededor de 1877 el marido de Angelina ingresó como médico en la Armada Portuguesa, estando ausente en el hogar muchas veces. Militante del Partido Republicano Federalista, fundado en 1878, Angelina comenzó a defender el federalismo, tal como se aplicaba en Suiza; pero pronto los criticó por la falta de unidad y solidaridad entre los miembros.
Fue muy crítica del clericalismo, la monarquía y el sistema económico; luchó por la separación del Estado y la Iglesia; consideraba a la religión responsable de rechazar los descubrimientos científicos y de la "adición a la miseria". Mantenía una constante actividad política, defendiendo el socialismo, daba conferencias en los centros obreros y, con sus artículos y proclamas, se acercó al mundo proletario, siempre en defensa de los más débiles y de los oprimidos. Luchaba por las asociaciones de los trabajadores y la igualdad social; aunque no hablaba de feminismo, luchó incansablemente por la educación de la mujer y su rol principal, la maternidad.
A parte de su actividad política y periodística, Angelina escribió obras de teatro, una vasta obra en poesía y prosa: comedias y dramas, escritas con espíritu liberal y socialista; en su texto "Para los trabajadores portugueses" (1886) alentaba a los trabajadores a luchar por menos horas de trabajo, de 15 que pasaran a 12 horas. Promovía reformas para acabar con la miseria de la clase obrera y denunciaba la represión de los trabajadores por el gobierno republicano. Sus artículos aparecían no sólo en los periódicos de Portugal, sino en revistas de Brasil y de las Colonias Africanas.
Al quedar viuda en 1894, se le negó la pensión por viudedad, por sus actividades izquierdistas. Enferma y sin recursos, su situación no inspiró compasión, sino indiferencia por parte de los socialistas, apenas consiguió ayuda por las suscripciones públicas. A principios de 1917 volvío a pedir la pensión por su marido, muerto en servicio, lo que finalmente se le concedió el 31 de julio de 1917. Demasiado tarde, Angelina Vidal murió al día siguiente.
Fuentes y Bibliografía
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