Catalina de Erauso, llamada la Monja Alférez, nació en San Sebastián, España, en 1592 (algunos autores señalan como fecha de nacimiento 1585).
Fue una mujer de espíritu aventurero, que se escapó de la tranquilidad del convento en 1603, cuando aún era novicia, y le faltaba poco tiempo para tomar los votos. Catalina llegó a ocultar sus pocos atributos femeninos para convertirse en un soldado de espada.
Con aire emprendedor partió rumbo a Perú, donde inició su carrera militar al servicio del Imperio Español, en la lucha por el control de las colonias de América. Se vistió como hombre y se comportó como tal: participó en numerosas batallas de la conquista. Su carácter luchador, valentía y audacia con la espada le dieron una enorme fama, por lo que le concedieron el título de Alférez.
Aficionada al juego, de carácter irascible y con gran sentido del honor, Catalina se vio envuelta muchas veces, en peleas y conflictos con la justicia. Fue detenida y decidió pedir clemencia al obispo Agustín de Carvajal, a quien le confesó su verdadero sexo. Este, escandalizado con su historia, llevó el caso a la corte. Felipe IV la recibió con grandes honores, la bautizó como la Monja Alférez y la autorizó a seguir utilizando el nombre de varón Antonio de Erauso.
El Papa Urbano VIII, en 1626 en Roma le concedió licencia para seguir su vida en hábito varonil. Ha utilizado varios apodos entre ellos Francisco Loyola y Alonso Díaz.
Regresó a América en 1630, Catalina o Antonio de Erauso murió en 1650, en México.
Fuentes y Bibliografia
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