Breve Biografía de Elvia Carrillo Puerto
Elvia Carrillo Puerto nació en Motul, Yucatán en 1878. Maestra, poetisa, activista por los derechos de las mujeres, política.
Nació en una numerosa familia de clase media, Elvia fue la sexta hija entre 14 hermanos y al cumplir los seis años asistió a una escuela secular, donde también iban los hijos de los obreros del lugar, que hablaban la lengua maya. Fue alumna de Rita Cetina Gutiérrez (1846-1908) gran educadora y feminista mexicana, que impulsó la educación laica para las mujeres y fue gracias a su influencia que Elvia estudió textos escritos por grandes teóricas de los derechos de la mujer como Mary Wollstonecraft y Flora Tristan.
Su hermano Felipe, cuatro años mayor (1874-1924), al terminar la escuela, tuvo su primer empleo como carretero, lo que le obligó a recorrer las haciendas de henequén de la región. En estos lugares fue testigo de los abusos inhumanos de que eran víctimas los peones a manos de los capataces de las plantaciones. Así se enteró Elvia de la desigualdad entre las clases sociales.
El porfiriato (1876-1911) fue un período de treinta años, en el que ejerció el poder de manera dictatorial el militar Porfirio Díaz (1830-1915); durante esa época, en Yucatán, se vivió un gran progreso y esplendor: el henequén era considerado “el oro verde” por sus altas ventas anuales en exportación. Existían cerca de 1000 haciendas de henequén que estaban en manos de unas 400 familias y a medida que se enriquecían,- ostentando lujosas mansiones, carruajes y frecuentes viajes a Europa - contrastaba con la existencia miserable de los peones que vivían en esas haciendas. Estos estaban atados por deudas que nunca podían liquidar durante toda una vida de trabajo y representaban casi el 90 % de la mano de obra dedicada a distintos trabajos y oficios en Yucatán.
Elvia se destacó desde niña por su inteligencia, quería estudiar, ser independiente y llevar una vida diferente a la de las mujeres de la época. En 1891, a los trece años, se casó con Vicente Pérez (- 1902), con quien tuvo a su único hijo y enviudó a los 23. Gracias a su antigua maestra consiguió el permiso para impartir clases, lo que le dio independencia económica. Elvia hablaba perfectamente el idioma maya y enseñaba a sus alumnas algunas leyes de la Constitución de 1857 para que fueran adquiriendo conciencia de sus derechos. Esta maestra yucateca fue una amante de los libros y los debates políticos.
En 1912, valiente y decidida, fundó la primera organización femenina de campesinas con la finalidad de que a las mujeres jefas de familia se les garantizaran los mismos derechos que a los hombres en la distribución de tierras y a liberar a los indígenas de trabajos esclavos. Fue miembro del Partido Socialista del Sureste y su activismo fue incansable. Participó en la fundación de las “Ligas de Resistencia Feministas” tratando de llamar a las mujeres de todo el estado a organizarse y apoyarse unas a otras, principalmente las mujeres mayas, dominadas y abusadas, como indígenas y como mujeres.
En 1923, con su hermano Felipe Carrillo Puerto rigiendo como gobernador de Yucatán (1922-1924), Elvia fue electa diputada para el Congreso, aunque las mujeres no tenían aún el derecho al voto. Tras el asesinato de su hermano y después de recibir varias amenazas de muerte tuvo que abandonar el cargo.
Recorrió todo Yucatán con la esperanza de erradicar la desigualdad, sin olvidar su lucha por el reconocimiento del voto a la mujer. Fundó en 1927 junto con trabajadoras de la Secretaría de Agricultura la Liga Orientadora Femenina Socialista, dedicada a atender a menores desamparados y a madres solteras. Más tarde, ésta se transformó en la Liga de Acción Femenil, que siguió la lucha por el reconocimiento del voto de la mujer.
Elvia es conocida como la “Monja Roja del Mayab” (Yucatán en idioma maya =Mayab) por ser parte del grupo de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana (1910-1920).
Consagró su vida a lograr el sufragio femenino, la emancipación de la mujer y sus derechos en México.
Destacó, por encima de sus cualidades como maestra y poetisa, su defensa de los derechos de las mujeres, el divorcio y contra lo que consideraba la opresión religiosa de la época, ya que la poderosa religión católica controlaba la vida privada y pública de las mujeres. Su discurso sobre el control de la natalidad era un paso indispensable en la búsqueda de libertad de las mujeres: “el derecho de las personas a vivir su sexualidad de una manera libre y lúdica, más acá o más allá de los fines reproductivos”.
En 1952, se reconoció en la Cámara de Diputados a Elvia Carrillo Puerto como Veterana de la Revolución Mexicana, y se le concedió la Medalla de honor al Mérito Revolucionario. Finalmente en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines (1889-1973) reconoció el derecho a las mujeres como votantes en todas las elecciones.
Elvia Carrillo Puerto murió en la ciudad de México, en 1968 con 90 años de edad. Sus restos se encuentran en el cementerio general de Mérida, capital de Yucatán.