Breve Biografía de María Reiche
Desde muy temprana edad mostró un gran interés por las
matemáticas y la astronomía. Logró una amplia formación universitaria,
graduándose en 1928 en la Universidad
Técnica de Dresde, además dominaba varios idiomas.
En 1932 María emigró a Perú para trabajar como institutriz
de los hijos del cónsul alemán en la
ciudad de Cusco y quedó impresionada por la belleza de los paisajes andinos. Visitó
diferentes pueblos de esa ciudad; al terminar el contrato de trabajo, se
estableció en 1937 en Lima impartiendo clases de alemán e inglés. Más tarde
trabajó en el Museo de Arqueología, como traductora de alemán con el Dr. Julio Cesar Tello
(1880-1947) y con el profesor Paul Kosok (1896-1959).
María se trasladó en 1941 al desierto de Nazca como
asistente de Kosok ayudándolo en sus investigaciones sobre los geoglifos
dibujados en el suelo. Este profesor de Nueva York estaba estudiando las
técnicas de irrigación prehistóricas en
los valles de la costa peruana.
La Pampa de Nazca es una zona árida y rocosa, uno de los lugares más seco del planeta; allí vivieron los Nazcas, una de las culturas preincaicas más importantes del Antiguo Perú, desde 200 A.C. hasta el año 600 de nuestra era. Produjeron una serie de hermosas cerámicas y geoglifos (conocidos como Líneas de Nazca) y un sistema subterráneo de acueductos. Su economía estaba cimentada en la agricultura, pero ante el proceso de degradación y deforestación de los suelos, se expandieron hacia otras tierras fértiles. Los geoglifos son la expresión artística más conocida de los nazcas: son enormes dibujos de varios kilómetros de largo de figuras zoomorfas, de plantas y geométricas que aparecen trazadas sobre la superficie terrestre. Hay varias teorías: según algunos historiadores, la pampa era un lugar sagrado, donde realizaban rituales dedicados a sus dioses. Otros opinan que forman un gigantesco calendario astronómico: los nazcas podían ver el movimiento de los cuerpos celestes y saber cuándo sembrar y cuándo cosechar.
Colibrí |
En 1946 apareció la primera figura: la Araña y más tarde el Mono. Para María la Araña podría representar la constelación de Orión y encontró mucha similitud entre el Mono y la Osa Mayor. Comprobó con la figura del Pájaro gigante (o Flamenco) y el Colibri, que medían más de 300 metros cada uno, que algunas de sus líneas convergían hacia el sol en un punto del cerro, en los solsticios de invierno y verano.
Luchadora incansable, se empeñó en proteger los dibujos del desgaste del tiempo y de los intrusos que llegaban por la Carretera Panamericana, construida a través de los geoglifos. A pesar del tiempo transcurrido, las líneas han sobrevivido por ser una zona con escasas precipitaciones y protegidas del viento. María logró que el gobierno restringiera el acceso de coches, para eso construyó una torre mirador de 74 metros de altura para que los turistas pudieran ver las figuras sin deteriorar los geoglifos del desierto.
Dedicó cuarenta años de su vida a la investigación,
conservación y difusión de este legado de la cultura ancestral y sobre esta
escribió “El secreto de la pampa” (1968)
y “Contribución a la Geometría y Astronomía
en el Antiguo Perú” (1993).
María Reiche falleció en 1998, a los 95 años, en Lima y fue
sepultada en Nazca.