Graciela Figueroa nació en 1944. Bailarina, directora y coreógrafa uruguaya.
Empezó desde muy niña clases de baile, integrando desde su fundación en 1957 hasta 1965 el grupo Dalica (Danza Libre de Cámara) creado por la Profesora Elsa Vallarino. Esta profesora uruguaya, directora y coreógrafa de danza moderna, aportaba conocimientos no sólo de danza, también técnicas de actuación teatral y actividades bailables autóctonas y folklóricas de otras culturas. Al mismo tiempo, Graciela tomó clases de ballet clásico con Maxim Koch.
Colaboró con varios teatros independientes y participó en 1961 de la fundación de Teatro Uno, junto a Alberto Restuccia, Jorge Freccero y Luis Cerminara, grupo que sorprendió en los escenarios con fuertes innovaciones: desnudismo, travestismo y anarquía escénica. En este teatro vanguardista, Graciela dirigió sus dos primeros espectáculos. A los veintiún años, se trasladó a Nueva York becada y trabajó profesionalmente como bailarina o como coreógrafa en la Julliard School of Dance and Music y Lucas Hoving Dance Company y en la Twyla Tharp Dance Company.
Luego de un breve período en Montevideo, Graciela viajó en 1971 a Chile contratada por el Ballet Nacional Chileno y por la Escuela de Danza de la Universidad de Santiago; unos años después fundó en Río de Janeiro el Grupo Coringa, de danza contemporánea, realizando una extensa labor en múltiples teatros de Brasil, incluso en el Solís de Montevideo. Vivió varios años en Brasil formando y dirigiendo el grupo teatral Los Mendigos y la Intrépida Troupe de circo, danza y teatro.
A partir de 1990, Graciela dirige el Espacio de Desarrollo Armónico- Río Abierto Uruguay, en Montevideo, realizando una labor docente, artística y terapéutica; en España dirige “Espacio-Movimiento- Río Abierto”, donde reúne a profesionales de distintas disciplinas y nacionalidades. Desde 1996 en el Grupo Espacio que dirige, investiga con un grupo multidisciplinario, la elasticidad, la amplitud y el desarrollo en el armado de sus espectáculos, integrando la danza, la música y la acrobacia junto a las artes teatrales.
Mujer versátil y ecléctica, de gran prestigio internacional, también incursionó en cine, haciendo comedias musicales, entre ellas, en 2008, la coreografía de “Maré, nuestra historia de amor”, basada en “Romeo y Julieta” con chicos bailarines de las favelas de Río de Janeiro y la dirección de la cineasta brasileña Lucía Murat (1949). La coreografía está insertada dentro del contexto temático, como una crítica social de la violencia.
Graciela dirigió al elenco de la Comedia Nacional en el teatro El Galpón de Montevideo, en la obra "La hora en que no sabíamos nada los unos de los otros". Dirigió el Cuerpo de Baile y el Coro del SODRE. Directora de teatro, destacada bailarina y coreógrafa, Graciela dedicó su vida no sólo a la danza, sino a la búsqueda de un desarrollo humano integral. Creativa y entusiasta, alienta a sus alumnos por medio del movimiento a explorarse, a conocerse, a expresar su potencial, coordinando lo mental y emocional con lo corporal: “el cambio empieza en uno mismo, en un camino de descubrimiento personal. Distintos intereses y necesidades, capacidades diferentes, todas las personas se pueden expresar corporalmnte, a través de la danza”.
Recibió el premio de “Maestra de todos los tiempos” de la danza y en el año 2009 en Montevideo, se hizo la “Temporada Anual de la Danza Graciela Figueroa “ como reconocimiento a su destacada trayectoria. Es nombrada “Acervo vivo” del Teatro Solís.
La Fundación Graciela Figueroa para la Paz y el Desarrollo Armónico se fundó en Montevideo con el propósito de promocionar salud, convivencia, arte y educación para varios proyectos sociales, trabajando en hogares y sectores de la sociedad desfavorecidos: niños delincuentes y adolescentes marginados.