Breve Biografía de Berta Cáceres
Berta Isabel Cáceres Flores nació en 1973 en La Esperanza, capital de Intibucá, Honduras. Feminista, activista y líder indígena.
Berta Isabel pertenecía al pueblo Lenca, el grupo étnico más grande de Honduras y el oriente de El Salvador; mantienen costumbres milenarias como la producción de textiles y cerámica y los bailes ancestrales. Las mujeres se visten con ropa de colores brillantes y pañuelos tejidos en la cabeza.
Berta Isabel creció en un hogar dirigido solo por su madre, Berta Flores, una enfermera, partera y alcaldesa que amparó y atendió la salud de muchos refugiados de El Salvador, durante la guerra civil de ese país que duró más de doce años (1980-1992).
Siendo adolescente, Berta Isabel participó activamente de los movimientos estudiantiles; poco después se graduó de maestra. Tomando el ejemplo de doña Berta, luchó junto a sus compañeras indígenas por sus derechos: la salud, la medicina natural y la tierra. Con mucho coraje y decisión, en 1993 fue una de las directoras fundadoras del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) para luchar por los derechos de los pueblos originarios del país. Todos los indígenas han sido tradicionalmente empobrecidos y excluidos. Como educadora, siempre buscó oportunidades para aprender y crecer.
Berta, valiente y persistente, lideró importantes campañas: encabezó protestas contra el golpe de Estado de junio de 2009, denunció la expropiación de tierras, rechazó la creación de bases militares de Estados Unidos en territorio hondureño. Luchó contra proyectos hidroeléctricos, mineros y madereros, siendo la más reconocida su lucha contra la represa hidroeléctrica de Agua Zarca, en el Rio Gualcarque: un enorme proyecto con capitales de las multinacionales aliadas con el gobierno. El río es sagrado para los indígenas, ellos se consideran los guardianes ancestrales, ya que abastece de agua potable y se utiliza para el riego de campos, es decir, es vital para su supervivencia. La construcción de represa en el río destruye la flora y la fauna, causa la deforestación y la inundación de los suelos y cambia la calidad del agua.
Berta estuvo casada por más de veinte años, con Salvador Zúñiga, también dirigente indígena y tuvieron cuatro hijos. Durante años, a medida que su visibilidad aumentaba, Berta recibió amenazas de muerte y represión por su lucha contra los proyectos de minería y represas que amenazaban con destruir su comunidad. Firme en sus convicciones y llena de vitalidad, nunca desistió, aunque sabía que los ataques eran racistas, discriminatorios y misóginos.
A pesar de que se elevó la protesta ante la Comisión de Derechos Humanos Interamericana, las obras de las represas comenzaron en 2012 prohibiendo al pueblo Lenca la utilización de sus aguas. Fue así que los indígenas a partir de 2013, con Berta al frente, se movilizaron, provocando el cierre de la carretera que conducía al proyecto y su lucha siguió pidiendo que se retirara toda la maquinaria.
En 2012 a Berta le otorgaron el Premio Shalom en Alemania y en 2015 fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman, conocido como el Nóbel Verde, el máximo reconocimiento internacional para activistas de medio ambiente.
El 3 de marzo de 2016, a los 43 años Berta Isabel Cáceres fue asesinada en su domicilio; nos dejó su legado de heroísmo y su amor a los pueblos indígenas que dedican sus esfuerzos por construir sociedades más justas, dignas y solidarias.
Su muerte ha provocado actos de protesta para exigir justicia y múltiples organismos de derechos humanos han solicitado realizar investigaciones internacionales. Se acusa al gobierno de Honduras de no investigar, de desvirtuar los hechos y de dejar impunes la mayoría de los asesinatos.
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30.11.2018---- El tribunal de Honduras que juzga el caso de Berta Cáceres condenó a siete personas por su implicación en el
asesinato de la líder ecologista; considera también que está probado que los
directivos de la empresa DESA planificaron el asesinato con el objetivo de
dañar su lucha. El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y
Amnistía Internacional consideran que "los autores intelectuales del
asesinato aún están en impunidad”.
-----05.07.2021 ----Cinco años después del asesinato, un tribunal de la Justicia de Honduras declaró culpable al expresidente de DESA y exmilitar David Castillo.
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