Breve Biografía de Carolina Otero
Carolina Otero nació en 1868 en la provincia de Pontevedra, Galicia, España. Bailarina, actriz, cantante y cortesana de la Belle Époque francesa.
Su nombre completo era Agustina Carolina Otero Iglesias, hija de madre soltera muy pobre, recibió poca educación académica. De carácter alegre e independiente, pasó una infancia de extrema pobreza; luego de sufrir una agresión sexual, a los catorce años huyó de su casa y viajó a Lisboa, Portugal, donde comenzó a trabajar de bailarina. De Lisboa pasó a Barcelona, luego a Marsella, en la costa sur de Francia y por último en 1889, con 21 años, llegó a París.
En las dos últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, Europa vivía la llamada Belle Époque, había una transformación económica, industrial y social. En las grandes ciudades la clase obrera industrial y los profesionales lograron estabilidad económica. París era el centro del refinamiento artístico y cultural: en 1900 la capital de Francia, fue sede de una espectacular Exposición Universal que promovía el progreso científico. La Belle Époque francesa se caracterizó por la elegancia en el vestir, por la alegría de vivir y disfrutar del ocio en sus cabarets como el “Chat Noir”, “Folies Bergère” y ”Moulin Rouge” todos en la zona de Montmartre.
Fue en este París que llegó la joven Carolina con su alegría y su belleza; formó parte del elenco de bailarinas del “Folies Bergère” donde representó el papel de una exótica mujer andaluza y gitana, a pesar de ser gallega. Se convirtió pronto en ”La Bella Otero” y fue el sex-simbol de la “Belle Époque”. Su audacia y tenacidad, junto al movimiento de su cuerpo, su danza que era una mezcla de flamenco y fandango (=baile con castañuelas), llena de erotismo, la convirtieron en una bailarina excepcional. También se destacó como una cantante competente y actriz teatral. Carolina actuó durante muchos años en el Folies Bergère y logró fama internacional en sus giras por Rusia, Inglaterra, Hungría, Austria, Japón, Argentina, Uruguay, Estados Unidos.
La Bella Otero además fue una famosa y muy cotizada cortesana de la alta sociedad parisina. Su gran personalidad y talento despertaron fuertes pasiones entre los hombres; fue amante de monarcas, aristócratas europeos, banqueros, poetas, pintores y políticos que se rindieron ante su belleza y seducción: fue así que reunió una fabulosa fortuna y joyas de gran valor.
En 1913, a los 45 años, estando en pleno auge artístico, tras un accidente de coche, La Bella Otero se retiró de su profesión y se mudó a Niza, en la costa mediterránea francesa. Allí se dedicó a las obras de caridad y a disfrutar de su gran pasión: el juego. En el casino de Montecarlo dilapidó su gran fortuna; años después, vivió con una pequeña pensión que le entregaba el casino, por las ganancias que le había hecho ganar.
Carolina Otero murió en 1965 en Niza, a los 96 años, pobre y olvidada.
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