Concepción Silva Belinzon escritora uruguaya nació en Montevideo en 1903. Con apenas diez años fue a vivir con dos tías solteras, que la marcó en soledad y “rareza”.
Comenzó a publicar en la década del 40, por eso el término “reservista” con que la crítica la denominó. Su primer libro “El regreso de la Samaritana ” fue editado en 1945 y luego fueron apareciendo cada dos, tres o cuatro años: "La mano del Ángel"(1945), "Amor no Amado" (1950), "El cordero terrible" (1956), "Muero y más vivo" (1962). Por casi cuatro décadas sus libros nos trasmiten mucha magia y rareza, hermetismo y comunicación, la constante mirada interior, una asombrosa “suave dureza”.
Concepción fue hermana de Clara Silva, destacada y reconocida poetisa; la familia, fervientemente católica, les inculcó el amor indiscriminado, los valores religiosos. La religiosidad se ve en sus obras, es más espiritual que intelectual, pues para Concepción, a veces era Dios quien le dictaba, a veces "las almas de los poetas unidos que quieren no morir". En su obra escribía tanto en sonetos, como en oda sáfica y en lira, haciendo un uso abusivo de la rima consonante.
Aunque trabajaba en un cargo administrativo en la Dirección de Primaria, no tenía amigas y se sentía desplazada. Nunca dejó de soñar con tener amigos, afinidades, pero no tenía conversación, salvo sus poemas. En su casa los santos colgaban de la pared, rodeada de gatos y de la ilusión de recibir un día el Premio Nóbel.
“Sitios abandonados” se publicó en 1979 y está dedicado a Claudio Ross actor y poeta de veintipocos años a quien amó con la desesperación propia de lo tardío.
Concepción Silva Belinzon murió el 2 de noviembre de 1987.
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